Equivocación de la PGJH /“¡Ya valiste verga!”, advierten a inocente
 
Hace (80) meses
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“¡Ya valiste verga!, dinos dónde está el dinero y el chaparro”, fue la amenaza que escuchó Miguel Ángel cuando agentes de la policía estatal lo tenían sometido en el suelo de plaza Gran Patio.

El hombre, de 33 años, fue detenido, sin una orden judicial, por el supuesto delito de cohecho, la mañana del 28 de junio. Hasta el día siguiente personal de la Procuraduría General de Justicia del Estado de Hidalgo (PGJEH) le informó que era uno de los probables responsables del robo en el bar Toro Negro, donde el propietario fue despojado de 129 mil pesos. Sin embargo, debido a que el agraviado no lo identificó como uno de los hombres que lo atacó, fue liberado, pero, narró a Criterio, tras ser sometido a vejaciones y malos tratos.

Cuando, con las manos hacia atrás, sujetas con unas esposas, y la mirada baja, fue subido a una camioneta Van blanca –de la que no recuerda haber visto rótulos de la Secretaría de Seguridad Pública de la entidad (SSPH)–, una persona, que no era ninguno de los seis hombres que lo sometió afuera, comenzó a golpearlo

En el momento en el que Miguel Ángel preguntó cuál era el motivo de su detención, en redes sociales y en portales de internet aparecía medio perfil de su rostro, que ilustraban notas que afirman que él había participado en el robo a la joyería Tous, de Galería, la noche previa.

Minutos antes, relató, dos policías –él cree que eran ministeriales– se le acercaron en una tienda de ropa, le pidieron una identificación y le sacaron una fotografía. Poco después, cuando intentaba abandonar la plaza en su Fiesta gris, la camioneta blanca le cerró el paso y seis hombres lo detuvieron.

Ellos lo trasladaron a la barandilla, donde, dijo, nuevamente fue golpeado para que confesara quiénes eran sus cómplices “y dónde tenía el
resto del dinero”.

Ese día las policías estatal, municipal e investigadora montaron un operativo en Gran Patio, después de que, según la Dirección de Comunicación Social de la Secretaría de Seguridad Pública de Hidalgo (SSPH), recibieron una llamada de alerta porque, supuestamente, en ese lugar se encontraba una de las personas que el 27 de junio había asaltado un bar.

A las dos de la tarde lo pusieron a disposición de la procuraduría de la entidad y se inició una carpeta de investigación por el delito de cohecho (12-2017-8654).

Luego de 24 horas detenido, señaló, se llevó a cabo una diligencia de inspección con el dueño del establecimiento, cuyo objetivo era que el comerciante verificara si Miguel Ángel había sido quien lo asaltó.

“El comerciante dijo que no era el agresor, pero a mi cliente nunca se le informó que su detención era por robo, y sí por cohecho. Como no tenían un sustento para su detención, la autoridad construyó un delito y aseguraron que ofreció dinero a la autoridad y ya con esto acreditaron la legalidad de la detención. Es decir, construyen el cohecho para después inculparlo por robo”, aseguró la abogada defensora Judith
Lugo Tovar.

De acuerdo con la SSPH, los elementos de su corporación acudieron a un llamado por parte de la Policía Investigadora de la fiscalía, ya que la víctima del robo había hecho una alerta de que en ese sitio se encontraba uno de los agresores. Eran alrededor de la 10:15 de la mañana cuando elementos de la corporación llegaron a la plaza.

Minutos antes, Miguel Ángel visitó la plaza Gran Patio para buscar un traje en la tienda Suburbia, porque fue invitado a la graduación de la escuela en la que labora.

A quien las autoridades presentaron como “probable responsable”, ahora absuelto, llegó a Pachuca en enero de 2016, de Ciudad Mante, Tamaulipas; actualmente tiene dos empleos, uno como administrativo en una preparatoria ubicada en la colonia C. Doria, y otro de mesero, en un restaurante en Puerta de Hierro, y, aseguró a Criterio, es la primera vez que lo detienen.

“Cuando llegué a Gran Patio no había operativo. Adentro me interceptan dos policías que parecían judiciales, me piden mi identificación, se las doy. Uno de ellos me dice: voltea, y me toma una foto. A los minutos un familiar me llama por teléfono y me dice ‘tu foto está en C4, ¿estás bien?’ Me sugirió que saliera”, recordó.

“Al abandonar la tienda estaba un policía que me pide nuevamente una identificación, se la muestro, me pregunta si traía carro y me pide que lo señale. Es el Fiesta gris, dije. Cuando salía del estacionamiento de la plaza se me cierra una camioneta blanca tipo Van, y uno de los conductores me apunta con una pistola y me indica: ‘¡salte!’

“‘¡Ya valiste verga!’, me dice. ‘Bájate y tírate al piso’. Me apunta, me ordena que me pare y camine con la mirada hacia abajo. Me sube a la camioneta y, a la altura de la tienda Rojo Canela, sube otra persona que me golpea”.

Miguel Ángel dijo que sacó dinero para comprar su traje una noche antes, y le expresó a la persona que era de su salario, no del robo que le imputaban.

En minutos, el hombre fue trasladado a las barandillas de la SSPH, donde tuvo un interrogatorio que, relató, duró media hora. Luego lo pasaron a otro cuarto donde, insistió, le golpearon. Fue hasta las dos de la tarde cuando lo trasladaron a las instalaciones de la Policía Investigadora, en el edificio de la procuraduría.

A las cinco de la tarde su defensa y familiares tramitaron un amparo que concedió el juez primero de distrito (737/2017), porque lo tenían incomunicado, por lo que salió al siguiente día; además, reconoció el área de comunicación social de la PGJEH, no se encontró delito y se le dejó ir.

La defensora puntualizó a Criterio que entre las situaciones “poco usuales” que notaron del caso es que primero se inició en una mesa, la uno, con detenido; luego, la pasaron a la tres, con detenido; de igual forma a la defensa no se le dijo de la diligencia de inspección con el dueño del bar.

Asimismo, no tuvo acceso a la carpeta por robo y  tras 15 días del hecho no han archivado el caso, a pesar que hasta el momento no se ha comprobado el cohecho.

La fiscalía de Hidalgo justificó que detuvieron a Miguel Ángel tras recibir una llamada de alerta, pero no contaba con orden de aprehensión ni hallaron al “inculpado” en flagrancia.

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