La ofensa del gobierno capitalino contra feligreses de la Santa Muerte se arregló en privado, entre amplios y frescos muros de Casa Rule, donde el autodenominado obispo negro, Óscar El Perro Pelcastre, fue despachado por el secretario municipal, Rubén Muñoz Saucedo.

Del acuerdo fueron testigos El Chido, el segundo hombre al mando de la Federación de Organizaciones Independientes de Hidalgo (Foideh), la esposa de Pelcastre y otras tres personas no identificadas. Para el grueso de feligreses, sólo quedó el hastío de la espera afuera de la sede del ayuntamiento, el recuerdo del sol ardiendo sobre sus cabezas, hombros, brazos y cualquier parte de la piel que no estuviera cubierta por ropa.

 Se fueron con ganas de ver a Rubén Muñoz postrado ante la Niña Blanca, arrepentido por la tropelía de eliminar uno de sus santuarios en los límites de La Raza y Felipe Ángeles, colonias conocidas por su gente brava, pero también por concentrar altos índices de delincuencia, drogadicción y hogares monoparentales.

Tras 30 minutos de diálogo, El Perro, Saucedo y Guillermo Vergara, secretario de Seguridad Pública, anunciaron un censo de nichos dedicados a la Santa Muerte. Se acabó el problema.

 Antes del pacto, la parafernalia poco habitual se fue configurando frente al palacio de gobierno, entre las diez y 11 de la mañana. Fueron colocando figurillas de la Santa Muerte en diferentes versiones: una de 50 centímetros; otra de un metro; la de dos metros; una imponente de tres metros, y el mismísimo Satán, amigo del obispo negro, según se escucha en uno de los corridos que mandó componer.

 “Con mi sangre y con mi vida voy a seguir defendiendo la religión de mi gran padre, que es el diablo: luz bella, el poder en la tierra de la oscuridad, no todo lo que brilla es oro”, vociferó Pelcastre después de provocarse un corte en el dedo medio.

 Una nueva apología de El Perro en forma de cumbia aderezaba el rito pagano de embadurnar sangre sobre el rostro de la Niña Blanca. “El 24 de diciembre, creyeron que El Perro había muerto, entre el escombro lo buscaba la gente, para sorpresa de todos, estaba en el lugar, se enfrentó a la ley diciendo ‘soy responsable y es verdad’”.

Luego, todos a montarse en camionetas con destino a Pachuquilla para hacer pedimentos al otro ayuntamiento; sortear el congestionamiento del centro, avenida Madero… más sol, más sed, más espera y, lo peor, regresar sin respuesta; los table dance Foxys y New York seguirán clausurados.

Para Pelcastre, la demolición de capillas y el cierre de 150 tables y bares propiedad de integrantes de Foideh son una afrenta a su poderío, el cual floreció bajo el cobijo de la Niña Blanca…y de políticos que de ella se han beneficiado, según él.