El gobernador de Florida, Rick Scott, declaró ayer estado de emergencia en el Condado de Orange, que incluye a Orlando, tras el peor ataque en la historia de Estados Unidos con un saldo de 50 muertos y 53 heridos, que la policía investiga como un posible atentado terrorista.
“Este es claramente un acto de terror”, dijo en rueda de prensa Scott, al señalar que con la declaratoria están disponibles todos los recursos estatales para una plan de respuesta ante la emergencia. “Es devastador ver cuánta gente murió… nadie quisiera que esto pase en ningún lugar del mundo”, expresó el gobernador al señalar que “no puedo imaginar el dolor de las familias que no saben lo que pasó con sus familiares”.
Hasta el momento se conoce que el ataque fue perpetrado por Saddiqui Mateen, de 27 años de edad y de origen afgano, quien era oriundo de la ciudad de Port St. Lucie, Florida, a unos 150 kilómetros de Orlando.
La masacre se produjo al filo de las 2:00 horas locales (según mensajes posteados en redes sociales sobre el ataque) en el centro nocturno Pulse, descrito en su página web como “El bar homosexual más caliente” de Orlando, ubicado en el número 1912 de la avenida Naranja Sur, cerca de la calle Kaley.
Un testigo citado por la televisión local dijo que vio a una persona con un rifle de asalto y disparando en forma indiscriminada en el interior del club.
La policía señaló que el atacante tenía un rifle de asalto, una pistola y algún tipo de dispositivo atado alrededor de su cuerpo.