Desesperados porque no han podido solicitar asilo en Estados Unidos y por el aplazamiento del título 42, con el que seguirían su proceso en México, migrantes venezolanos se aventuraron a cruzar a nado el Río Bravo a pesar de la advertencia de las autoridades del riesgo que esto implica por el desarrollo de lirio en su cauce.

Se trata de unos 250 migrantes entre los que se encuentran familias, menores de edad no acompañados, hombres y mujeres.

Tras llegar al lado americano, los extranjeros se entregaron a la Patrulla Fronteriza, que los trasladó a un centro de procesamiento.

Los extranjeros cruzaron nadando y otros en una balsa en un área cercana a la zona donde instalaron su improvisado campamento.

Mauro De La Fuente I Agencia Reforma

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Aunque se espera el retorno de migrantes radicados en Estados Unidos a sus comunidades de origen durante la época decembrina, paisanos hidalguenses optaron por no hacer el viaje para evitar ser víctima de algún delito o exponerse durante el trayecto.

Así lo planteó Manuel Aranda Montero, titular de la dirección de Atención al Migrante de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedeso) Hidalgo, quien dijo:

“Tristemente, hay tramos muy peligrosos, como el de Tamaulipas, por lo que migrantes prefieren no salir ante la inseguridad, además de que cuerpos policiacos los detienen con cualquier pretexto”.

Aranda, quien radicó casi ocho años en aquel país, dijo que no es posible realizar una estimación sobre el número de hidalguenses que retornarán en estas fechas, ya que, a lo largo de los años, “se han manejado cifras sin base”.

Por ello, destacó, ahora se pretende realizar estimaciones de los migrantes que realmente vienen a la entidad “para tener una base sólida”.

Informó que este viernes retornaron al estado, procedentes del país vecino del norte, 139 connacionales hidalguenses, mediante una caravana que salió de Laredo, Texas, con apoyo de la organización Migrantes Unidos, que trabaja sin fines de lucro, pues no pide remuneración por su acompañamiento.