la demócrata Hillary Clinton y el republicano Donald Trump ofrecieron ayer aquí un adelanto de la recta final hacia las elecciones de noviembre próximo al acusarse mutuamente de estar descalificados para ocupar la Casa Blanca.
A un mes de las convenciones partidistas donde se formalizarán sus candidaturas, Clinton y Trump participaron aquí en actos separados, pero que tuvieron lugar casi de manera simultánea convocados por organizaciones progresistas y conservadoras, respectivamente.
“Seré su socia en esta elección y en el largo plazo. Juntos vamos a confrontar los ataques y juntos vamos a salir más fuertes (…) y a unificar a nuestro país, a detener a Donald Trump”, señaló Clinton ante el Planned Parenthood, un grupo de planificación familiar.
“Esta elección no es sobre las mismas peleas entre demócratas y republicanos (…) es profundamente diferente, es sobre quiénes somos como país, es sobre millones de estadunidenses que dicen: somos mejores que esto”, remató Clinton.
Y Trump, orador central en la Cumbre de la Fe y de la Libertad, a la que asistieron miles de evangélicos, contraatacó de inmediato acusando a Clinton de apoyar todo tipo de abortos y de promover la abolición de la segunda enmienda constitucional que permite la posesión de armas de fuego. “Hillary Clinton aplastará a las familias trabajadoras y pondrá a los burócratas en control de nuestras vidas”, señaló Trump, leyendo su discurso mediante un “teleprompter”, a pesar de que el millonario había criticado su uso por parte de la campaña de Clinton.
La aparición de Trump en la capital estadunidense fue interrumpida durante varios minutos por miembros del grupo progresista Pink Ladies, cuyas integrantes fueron expulsadas del recinto por la seguridad de la campaña de Trump. “Muy triste lo que pasa en nuestro país.
Es una vergüenza. Estamos tan divididos, es una vergüenza, pero estos son enviados por el otro partido”, comentó Trump en medio de la gritería de los manifestantes.
Por la mañana, Clinton se reunió con la senadora demócrata por Massachusetts, Elizabeth Warren, quien ha sido señalada en círculos políticos como una posible compañera de fórmula en la carrera por la Presidencia estadunidense. Ni Clinton ni Warren dieron declaraciones a la prensa, pero fuentes de la campaña demócrata dijeron a medios estadunidenses que la conversación de una hora de duración versó sobre los esfuerzos comunes para derrotar a Trump en las elecciones de noviembre.