Miles de personas participaron ayer en cinco grandes marchas de protesta que partieron de varias poblaciones catalanas y que pretenden converger en Barcelona el viernes, tras tres jornadas de choques violentos ante la sentencia a líderes separatistas.

Entre los manifestantes hay gente de todas las edades, familias enteras, portando carteles con leyendas en catalán que pedían la libertad de los presos políticos en alusión a los nueve dirigentes independentistas condenados el lunes a largas penas de cárcel por el Tribunal Supremo.

El presidente regional Quim Torrá se sumó a una de las marchas para estar junto a la gente, según dijo.

“Estas marchas pacíficas que suceden a través del país (Cataluña) son la mejor respuesta del pueblo catalán (a la sentencia de la Corte)”, indicó Torrá.

En tanto, en Barcelona, las protestas violentas se hicieron presentes hacia la tarde y la noche, con grupos de encapuchados que se enfrentaron a los Mossos en una batalla campal con barricadas de fuego, quema de coches y el lanzamiento contra los antidisturbios de piedras, ácido y bombas molotov.

Los altercados, incendios y cargas se han sucedido también en Girona, Lleida y Tarragona.

Un total de 20 personas han sido detenidas y 52 han recibido asistencia médica.

“No hay justificación para quemar coches ni para ningún acto vandálico. Esto tiene que parar”, señaló Torra en una declaración institucional.

Por su parte, Pedro Sánchez, quien se reunió con los principales líderes de oposición, indicó que se garantizarán los derechos de todos en Cataluña desde la firmeza, la moderación y la unidad.

“Nos quieren exaltados y divididos, nos deben encontrar firmes, serenos y unidos. No vamos a sobreactuar”, sostuvo.

Staff I Agencia Reforma