Estudiantes que desde hace siete meses –periodo que lleva la suspensión de clases presenciales por la pandemia– no han tenido acceso a la tecnología o programas educativos por televisión para su instrucción a distancia, verán afectado su aprendizaje de manera considerable al no contar con una educación de calidad y enfrentar situaciones personales y económicas que también abonan a su rezago.

De acuerdo con el profesor investigador del área académica en Educación de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH), Javier Moreno Tapia, desde que comenzó la contingencia, muchas familias hicieron el esfuerzo por adquirir las herramientas necesarias para que sus hijos continúen con sus estudios; sin embargo, otras han tenido dificultades para hacer frente a la nueva modalidad educativa, aunado a que el manejo de nuevas tecnologías creó estrés tanto a estudiantes como docentes y los ritmos de vida cambiaron.

“Hemos detectado que muchos (estudiantes) tienen dificultades, porque antes estaban en la escuela y si tenían algún trabajo o examen se iban a la biblioteca o trabajaban en grupos, ahora, estando en casa, muchas veces tienen la obligación de participar en tareas domésticas y eso les quita tiempo, o tienen un solo equipo y deben compartirlo”, explicó.

No obstante, el especialista dijo que esta situación también ha hecho más empáticos a los docentes, ya que al conocer los casos de cada alumno les permite ser más accesibles y comprensibles sobre la entrega de trabajos o exámenes.

Adela Garmez

Pachuca