La histórica cumbre de Donald Trump con Kim Jong-un fue exitosa, aunque no por completo.

Los escépticos dudan que el estadounidense haya logrado que Corea del Norte deje finalmente las armas nucleares. Por escrito no nada que Washington no haya obtenido antes de Pyongyang.

Pero Trump apostó todo por la “relación excelente” y “un vínculo muy especial” que dijo que desarrolló con el dictador, de 34 años, a través de reuniones y paseos íntimos en el lujoso Capella, en Singapur.

Más tarde, ambos líderes firmaron una declaración conjunta, comprometiéndose a desnuclearizar la península coreana.

“Estamos listos para escribir un nuevo capítulo entre nuestras naciones”, dijo Trump en una conferencia de prensa.

Sin embargo, el documento fue aparentemente simbólico, pues Kim no hizo ningún compromiso específico para renunciar a su arsenal nuclear ni dio plazos para hacerlo.

Trump, por su parte, basó su optimismo en sus habilidades de negociador para crear una relación que “paso a paso” dé frutos y permita adoptar acciones “simultáneas” para lograr la paz y la desnuclearización en la península coreana.

El líder de la Casa Blanca afirmó que su homólogo norcoreano acordó errar un sitio de prueba de un motor de misiles y permitir que el regreso de los soldados estadounidenses perdidos en ese país durante la Guerra de Corea, hace más de 60 años.

Kim, por su parte, logró que Trump ordenara el final de los ensayos balísticos que Estados Unidos realiza con su aliada Corea del Sur, los cuales fueron calificados por el republicano como “muy provocativos” e inapropiados” en el camino hacia la paz con Corea del Norte, además de que también ahorraría dinero.

Lo anterior, sin embargo, provocó confusión en Seúl, donde pidieron mayores explicaciones al respecto para entender las maniobras de Washington.

Además, Trump recibió diversas críticas de los demócratas y algunos republicanos, así como de ex funcionarios estadounidenses que advirtieron sobre promesas vacías en el pasado por parte de Pyongyang.

“El Presidente Trump le acaba de dar a esa dictadura brutal y represiva la legitimidad internacional que tanto ansiaba”, dijo el líder demócrata en el Senado, Chuck Schumer.

Ayer, poco después de que ambos líderes partieron de Singapur, la Agencia Central de Noticias de Corea informó que Kim aceptó la invitación de su homólogo estadounidense para visitar la Casa Blanca.

“Superamos todo tipo de escepticismo y especulaciones sobre esta cumbre”, dijo el norcoreano tras firmar la declaración conjunta. “Y creo que este es un buen preludio para la paz”.

“Lo resolveremos”, respondió Trump. “Tendremos éxito”.

Staff
Agencia Reforma