El presidente Andrés Manuel López Obrador aseguró ayer que su gobierno decidió disolver la unidad especializada antinarcóticos que trabajaba con la Agencia Antidrogas de Estados Unidos (DEA, por sus siglas en inglés), tras detectar que fue infiltrada por el crimen organizado.
Aunque la determinación se conoció esta semana, sostuvo que la oficina fue cerrada desde hace un año, como parte de la nueva política bilateral de cooperación en materia de seguridad, que busca salvaguardar
la soberanía.
“Les falta información, eso se hizo hace como un año, ya con el cambio de política, porque nosotros mantenemos cooperación con organismos internacionales encargados de seguridad, pero procuramos que se respete nuestra soberanía”, dijo.
“Y se demostró que ese grupo estaba infiltrado por la delincuencia, que inclusive uno de sus jefes está siendo juzgado en Estados Unidos”.
-¿Genaro García Luna?- se le preguntó
Otro, respondió, sin ofrecer más datos.
México disolvió una unidad antinarcóticos que durante un cuarto de siglo, trabajó con la DEA en el combate al
crimen organizado.
Se trató de una de las unidades de investigaciones especiales (SIU, por sus siglas en inglés) que operan en unos 15 países y que los funcionarios estadounidenses consideran invaluables para desmantelar poderosas redes de contrabando y atrapar a capos de la droga en todo el mundo.
Las SIU son entrenadas por la DEA, pero están bajo el control de los gobiernos nacionales.
En México, los más de 50 oficiales de esa unidad policial trabajaron en casos como la captura en 2016 de Joaquín El Chapo Guzmán, entonces el jefe del Cártel de Sinaloa.
El presidente aseguró ayer que la cooperación con Estados Unidos continuará, pero llamó al gobierno de ese país a poner orden en la operación de sus agentes.
Claudia Guerrero y Antonio Baranda
Agencia Reforma