Un día después de la mayor tragedia natural en 40 años en Guatemala, la desesperación marcó a la población.
La violenta erupción del Volcán de Fuego del domingo pasado dejó decenas de viviendas quemadas y enterradas bajo ceniza y lodo, donde ayer cientos de rescatistas luchaban por encontrar sobrevivientes.
Con palas y maquinaria pesada, los equipos especializados buscaban entre escombros tan calientes que podían fundir las suelas de los zapatos restos que pudieran ser estudiados.
La cifra de muertos es de 65, pero las autoridades no pueden determinar la de desaparecidos. Además, sólo se han podido identificar a 13 fallecidos pues el resto perdió sus facciones o las huellas digitales por los flujos ardientes que salieron del volcán, lamentó Fanuel García, director del Instituto Nacional de Ciencia Forense.
“Estábamos en una fiesta, celebrando la llegada de un bebé, cuando una vecina nos llamó a gritos para que fuéramos a ver que la lava ya venía. No le creímos y, cuando salimos a ver, el lodo caliente ya venía bajando por la calle”, lamentó Hilda López, sobreviviente de San Miguel Los Lotes, pueblo ubicado en los flancos de la montaña.
El flujo piroclástico, una mezcla de agua y lodo hirviendo que bajaba del volcán, y el humo tóxico que lo precedía, mataron a su madre, que no pudo salir de su vivienda, así como a decenas de víctimas.
El volcán, ubicado al oeste de la Ciudad de Guatemala, hizo erupción enviando nubes de ceniza caliente y escombros que bloquearon las carreteras y dejaron varias viviendas en llamas.
Las autoridades monitoreaban la actividad del volcán -el cuál registró explosiones menores en años recientes- horas antes pero no ordenaron ninguna evacuación previa pues, de acuerdo con su información, parecía disminuir.
Al momento de la erupción, la respuesta llegó tarde para comunidades como Los Lotes y El Rodeo, ubicado a unos 12 kilómetros del cráter.
El vocero de la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (CONRED), David de León, lamentó que el material incandescente se desplazó muy rápido. “Esto llegó a comunidades ya cuando se estaban generando las alertas de evacuación”, reconoció.
Los heridos reportados llegaron a 46, en tanto que mil 689 fueron albergados. Los afectados sumaban un millón 700 mil y había cerca de 3 mil 265 evacuados.
Las labores de rescate se dificultaron por las constantes explosiones que expedían columnas de ceniza de hasta 10 mil metros de altura, con un alcance de 40 kilómetros.
En un recorrido por El Rodeo, el Presidente Jimmy Morales anunció el estado de calamidad pública, al tiempo que distintos países como México, Panamá, Costa Rica, entre otros, ofrecieron su ayuda.
Staff
Agencia Reforma
