Por sus templos y basílicas de gran relevancia, así como la Ruta del Peregrino, Jalisco recibe a más de 10 millones de turistas religiosos al año.
Tan sólo a la Basílica de Nuestra Señora de San Juan de los Lagos, la segunda más visitada del país, después de la de Santa María de Guadalupe, llegan entre 6 y 8 millones de visitantes anuales.
A este punto le sigue la Basílica de Zapopan, que en la Romería 2017 convocó a un millón 800 mil fieles. La Ruta del Peregrino, que se recorre de Ameca a Talpa en marzo y abril principalmente, tiene una afluencia de poco más de un millón de personas, al igual que el templo de Santo Toribio Romo, en Jalostotitlán.
“Para Jalisco el turismo religioso es una actividad importante, sobre todo en la región de Los Altos, porque ahí está la Basílica de San Juan de los Lagos y el templo de Santo Toribio.
“Esto se debe a su ubicación, porque están sobre una carretera muy transitada. En cambio, Talpa es fin de destino, o sea, si no vas al municipio, no pasas por ahí”, dijo Rogelio Martínez, profesor investigador de la Universidad de Guadalajara (UdeG).
Según el académico, la mayoría de los visitantes a los puntos religiosos del estado son del mismo o de entidades vecinas y sólo la Iglesia de la Luz del Mundo presenta un turismo mayormente internacional.
Esta iglesia recibió en su Santa Convocación de 2017, que se realiza en agosto, a 480 mil personas de 54 países.
“Tenemos muchos puntos que representan parte importante de la cultura por todo ese fervor y devoción que existe alrededor de ellos. Por ejemplo, tenemos el Tendido de Cristo, en San Martín Hidalgo, en donde la gente en estas épocas de Semana Santa y Pascua pone en la puerta de sus casas a los cristos que son heredados de abuelos y bisabuelos y son realmente obras de arte”, comentó Rodolfo Herrada, director de la Ruta del Peregrino.
A pesar de la importancia del turismo religioso en el estado, la Secretaría de Turismo de Jalisco no tiene datos exactos de cuánto es la derrama económica que deja.
Agencia Reforma
Guadalajara
