Una serie de ataques yihadistas se saldaron con la muerte de 18 iraquíes en la noche del viernes al sábado, principalmente en Bagdad y sus suburbios, informaron fuentes de seguridad.

Aunque los ataques no fueron reivindicados por el momento, tienen la misma factura que los que perpetra el grupo Estado Islámico (EI), que a pesar de ser derrotado en 2017, mantiene células durmientes en Irak.

Un ataque se produjo en Tarmiya, un suburbio agrícola a 20 kilómetros al norte de la capital iraquí.

“Los combatientes del EI atacaron un convoy del ejército iraquí durante la noche y mataron a dos oficiales y a dos soldados”, informó un responsable de seguridad bajo anonimato.

Se mandaron refuerzos al área, que también fueron objeto de ataques, lo que resultó en la muerte adicional de un oficial y dos soldados, así como un combatiente paramilitar y un civil que murió en el fuego cruzado, según la misma fuente.

En Alton Kubre, “seis combatientes kurdos murieron al ser atacados por un grupo de yihadistas del EI con armas ligeras”, explicó otro responsable militar. Alton Kubre es una zona que se disputan las fuerzas gubernamentales federales y las autoridades del Kurdistán autónomo.

Otro ataque se produjo en una zona desértica del oeste del país, fronteriza con Siria, informó una tercera fuente.
“Un oficial y un soldado murieron en la explosión de una bomba cuando circulaba un convoy militar hacia
Akashat”, indicó.

Un soldado murió también la explosión de una bomba en la provincia de Diyala, fronteriza con Bagdad al este, según otro oficial.

AFP | Bagdad