Rosario Robles manifestó ante un juez federal que en los últimos días ha presentado síntomas similares a los del Covid-19, en su estancia de reclusión del Penal Femenil de Santa Martha Acatitla, aunque no le han practicado el test para confirmar la enfermedad.
De acuerdo con informes del Poder Judicial de la Federación, esta fue la razón por la que ayer la procesada pidió, sin conseguirlo, que le autorizaran llevar su proceso fuera de prisión, bajo cualquier otra medida cautelar, ya que ha presentado fiebre, tos seca y dolor de cabeza.
En la audiencia celebrada en el Centro de Justicia Penal Federal del Reclusorio Sur, argumentó que es una persona mayor de 60 años, padece hipertensión y rinitis crónica, además de que no está imputada de un delito que merezca prisión preventiva de oficio.
Debido a lo manifestado por Robles, la audiencia se llevó a cabo en dos salas del Centro de Justicia, en una estuvieron los funcionarios de la Fiscalía General de la República, y en la otra el juez con Robles y su defensa, estos últimos separados a más de 3 metros de distancia.
Los asistentes, incluida la imputada, portaron cubrebocas.
El juez de control, Ganther Alejandro Villar Ceballos, resolvió que, pese a las manifestaciones de Robles y su defensa, no hay elementos para considerar que la vida de la exfuncionaria corre riesgo, pues no padece una enfermedad terminal.
Sin embargo, el juzgador solicitó a la Dirección del Penal de Santa Martha Acatitla “continuar proporcionando asistencia médica preventiva a Robles y el tratamiento para el cuidado de su salud, atendiendo a las necesidades especiales propias de su padecimiento”.
Villar Ceballos impuso un plazo de 24 horas a la directora del centro penitenciario para que informe el trato que se dará a Robles y de las acciones que llevarán a cabo para garantizar su salud, advirtiéndole que, en caso de incumplir, será multada con 100 unidades de medida y actualización, equivalentes a 8 mil 688 pesos.
Abel Barajas
Agencia Reforma