
Uno de los motivos por los que el narcotraficante Héctor el Güero Palma fue absuelto de delincuencia organizada fue que la Fiscalía General de la República (FGR) nunca pudo localizar a cuatro presuntos miembros del Cártel de Sinaloa para que declararan en su contra, incluidos dos testigos protegidos.
De acuerdo con la sentencia absolutoria, dictada por el Juzgado Segundo de Distrito en Procesos Penales Federales del Jalisco, el propio capo sinaloense pidió que comparecieran para que sostuvieran sus dichos, pero eso nunca sucedió.
“Se debe destacar que aun cuando los defensores particulares del aquí acusado ofrecieron la ampliación de declaración de los testigos… nombre clave ‘César’ y… con nombre clave ‘Julio’, así como la de los testigos y dichas diligencia no tuvieron verificativo.
“No obstante haber realizado la búsqueda respectiva, estos no fueron localizados ni fueron presentados por el fiscal federal para reiterar, ratificar o aclarar sus declaraciones”, estableció la versión pública del fallo.
El testigo protegido “César” es un empresario culiacanense de nombre Javier Burgueño Urías, que fue detenido en 2001 y que, como muchos otros, decidió colaborar con la FGR.
En el caso de “Julio”, se trata de Marcelo Peña García, cuñado de Joaquín el Chapo Guzmán, y uno de los testigos protegidos que más información valiosa proporcionó a las autoridades para identificar y detener a otros cómplices del grupo criminal.
Abel Barajas I Agencia Reforma