Se rehusaron a la vacuna vs covid; ahora son pacientes
 
Hace (32) meses
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Las escenas de angustia, drama y desesperación vuelven a repetirse, como hace año y medio: familias que se separan en las puertas del Hospital de Respuesta Inmediata Covid-19, inflable, sin saber si volverán a verse.

La aparente calma de hace algunos meses dejó de dar tregua y ahora se vive una tercera ola de contagios que, en cuestión de semanas, ha superado a las anteriores.

Hasta el viernes pasado, se encontraban hospitalizadas 30 personas en el hospital inflable, de acuerdo con la Secretaría de Salud de Hidalgo (SSH), con base en la Red IRAG (Infecciones Respiratorias Agudas Graves).

La madre de Rosario, cuyo nombre real fue modificado, es una de esos pacientes. La mujer, de 73 años de edad, originaria de Atotonilco el Grande, se encuentra internada desde hace ocho días, lapso en que no ha presentado mejoría, e incluso se “ha estancado”.

Rosario, quien reconoce que el virus, la pandemia y la vacunación contra el Covid-19 se le hacían “una estupidez” y se aplicó el biológico, porque sus hijos la obligaron, lamenta ver a su progenitora en tal situación, ya que de no mejorar, podría ser intubada. “Es un infierno”.

Con las manos en la cabeza o dando vueltas en la periferia, padres, hijos y parejas de personas hospitalizadas se concentran alrededor de la clínica que, del 5 al 12 de agosto, ha visto ingresar 20 enfermos, según datos proporcionados por la SSH.

En la llamada tercera ola de coronavirus, a pesar de que en Hidalgo la estrategia de vacunación anticovid comenzó en febrero pasado, familiares de personas hospitalizadas coinciden en que sus parientes se rehusaron a aplicarse el biológico.

Con tatuajes en el cuello y cabeza rapada, un hombre aguarda a sus padres, quienes ingresaron a una cabina del nosocomio para realizar una videollamada con su hermano de 40 años de edad, internado apenas hace un día.

El hombre reconoce que, pese a que su hermano llevaba al menos siete días con síntomas de la enfermedad respiratoria y decidió no inocularse, su última opción era acudir por atención médica.

Su consanguíneo, quien padece sobrepeso, llegó a registrar niveles de oxigenación de 77 por ciento, cuando el parámetro normal es 95. “Le conseguimos un tanque de oxígeno, pero no mejoraba. Tenía miedo de ingresar al hospital, pero al final decidimos traerlo, porque estaba empeorando”.

Por su parte, un joven de 21 años de edad, acompañado de sus abuelos, estaba a la espera de que personal de la clínica le diera informes sobre el estado de salud de su madre, de 38 años, que tampoco quiso vacunarse.

La mujer está internada desde hace 15 días, y aunque se encuentra estable, su hijo desconoce cuándo podría ser dada de alta. “Solamente quiero que se recupere y se ponga la vacuna. Mi mamá es joven, es fuerte, y primero Dios, se va recuperar”.

Familias se retiran a sus hogares tras haber visto, mas no hablado, con sus pacientes por videollamada. Esperan regresar al día siguiente, con la noticia de que mejoraron y puedan volver a casa.

 

Yuvenil Torres I Pachuca

 

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