Con una demostración de baile de la cuadrilla de Colalambre y la tradicional ofrenda de tapataxtle, se llevó a cabo la despedida de los Fieles Difuntos o el Día de la Bendición, como se conoce en la Huasteca.
En la plaza principal de Huejutla, con música de tríos huapangueros, se partieron los tamales y se ahumó con incienso para que los difuntos tomaran el último alimento espiritual de 2021.
El centro ceremonial de este año se erigió en memoria de aquellas personas que fallecieron a consecuencia de Covid-19.
Este 2 de noviembre, el panteón de Macuxtepetla fue el más concurrido de los siete que hay en Huejutla, a él acudieron cientos de personas, la mayoría pertenecientes a las comunidades indígenas de Acuapa y Oxtomal.
“Aquí estamos, porque creemos que su espíritu viene a visitarnos, a comer con nosotros y a tomar aguardiente, que es lo que le gustaba cuando estaba en esta vida”, compartió Roberto Cruz Flores, quien acudió a visitar la tumba de su abuela, que desde hace más de 10 años “se adelantó en el camino”.
Salomón Hernández I Huejutla
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La plaza 21 de Mayo, en Huejutla, fue el escenario del ritual del ánima sola, en el cual se encendieron 2021 velas —una por cada año— que fueron dedicadas a las víctimas mortales de coronavirus.
Alrededor de las 21:30 horas comenzó el encendido de las ceras para iluminar el camino de aquellos sin ningún familiar.
Con música de huapango, el centro ceremonial, que tenía al centro la escultura de una mujer de rasgos indígenas de cinco metros de altura, flores de cempasúchil y palmilla, se iluminó con millares de velas que marcaron con luz los cuatro puntos cardinales; la tierra, el agua, el fuego y el aire.
Según la tradición, a las 12:00 horas del 3 de noviembre todas las personas ponen velas y un camino de pétalos de flores para guiar a quien murió en circunstancias de soledad o que ya no tienen familiares que hagan la ofrenda para recibirlos, como es la tradición para todo las personas que ya no están en el mundo terrenal.
