El regreso a semáforo rojo, sumado al tiempo que seguramente tardará la entidad en estar en amarillo (gracias a la inconsciencia de algunos), orilló a los Tuzos a volver a la casa chica.
Anoche, la directiva anunció que regresará a jugar sus encuentros como local en el complejo deportivo Revolución Mexicana, antes conocido como estadio Revolución.
La medida, explicaron, se tomó debido a que los gastos operativos del Hidalgo son elevados y “no tiene justificación cubrirlos en un estadio vacío”.
Varios equipos en el mundo han aplicado la misma estrategia en esta pandemia, como el Real Madrid, que disputa sus partidos en el estadio Alfredo di Stéfano.
Así, a partir del 11 de enero, luego de casi 28 años, el Pachuca volverá al antiguo coso, donde jugaron por última vez como locales el 31 de enero de 1993, en una derrota 4-3 ante el Necaxa.
En el Revolución se escribió gran parte de su historia, pues la afición lo acompañó en dos de los cuatro ascensos a primera división; además, el estadio fue testigo del drama que se vivió en esas tres finales perdidas de segunda división, contra Irapuato, Cobras y Atlante, hasta que la cuarta, ante Zacatepec, fue la vencida.
Aunque no estarán presentes, el regreso del Pachuca al Revo traerán añoranzas para la “vieja escuela”, que anoche recibió con agrado la noticia, y rápido vinieron recuerdos, como presenciar los encuentros en el “palco más grande del mundo”: el cerro de Cubitos.
Para rematar, la directiva de los Tuzos aseguró que “inocente palomita que te dejaste engañar, sabiendo que en este día nada se puede prestar”.
El Villamelón I Pachuca
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