Los Tuzos viven su peor crisis en torneos cortos, pues luego de ocho jornadas aún no conocen la victoria y tiene su más baja cosecha de puntos, con solo tres unidades sumadas.

El cuadro hidalguense había tenido arranques intermitentes, pero nunca había llegado a estas alturas: sin ganar un partido; lo más cercano había sido en el Apertura 2002, cuando sumaron por primera vez de a tres hasta la fecha 8, ante los Gladiadores de San Luis.

Además, la cosa se puede poner peor para los Tuzos, pues con el revés ante América empataron la racha más larga sin ganar, con 10 encuentros, por lo que, en caso de no sumar ante Rayos, escribirían otra página negra en su historia.

Esta marca negativa está acompañada por el rostro más gris del equipo, que a lo largo de estas jornadas se muestra inoperante, apático y sin la mínima hambre de triunfo.

Salvo Óscar Ustari, un poco Óscar Murillo y Gustavo Cabral, los extranjeros del plantel no producen.

Felipe Pardo, Ismael Sosa y Romario Ibarra siguen sin mostrar sus capacidades en la cancha, mientras que los refuerzos de este semestre: Matías Catalán, Harold Mosquera y Mauro Quiroga, no están ni cerca de las expectativas que se tenían en ellos; sobre todo, el Comandante, quien llegó como solución a la falta de gol y ha errado al menos tres ocasiones.

Por su parte, Paulo Pezzolano, DT de los Tuzos, el más señalado en la crisis, se muestra desesperado por revertir la situación, pues no ha encontrado un once fijo, ha cambiado constantemente de jugadores.

Sus planteamientos son evidentes que no funcionan; antes siquiera presumía una solidez defensiva; sin embargo, recientemente su última línea de los Tuzos se ha visto vulnerada, así como se mantiene la falta de contundencia de los recientes torneos con el Papa al mando.

En estos casos, siempre el hilo se corta por lo más delgado y la cabeza del uruguayo sería la primera en rodar en caso de no revertirse la situación.

En tanto, Armando Martínez Patiño está a punto de cumplir tres meses al mando de la institución y parece que se le cae a pedazos, por lo que enderezar el rumbo debe ser su prioridad en los próximos días, sin importar, quizá, que tan drásticas puedan ser sus decisiones.

Alejandro Velázquez I Pachuca