Durante el partido entre Uruguay y Venezuela, en la Copa América Centenario, el delantero uruguayo Luis Suárez, que se enojó por no saltar al césped en sustitución de un compañero, pero lo que probablemente no sabía es que fue inscrito como jugador lesionado en el acta oficial, lo que según el reglamento del torneo le impedía jugar.
Cuando la Celeste perdía 1-0 y complicaba su situación en el certamen continental, el atacante del Barcelona expuso su intención de ingresar para ayudar a sus compañeros. Pero cuando el cuerpo técnico, encabezado por Óscar Tabárez, decidió otra variante, el Pistolero levantó temperatura y realizó una rabieta que sorprendió al mundo entero. “No pasa ninguna situación. Es lo que yo le dije ayer. No estaba para jugar, no había garantías. Pero es un asunto del médico”, enfatizó el entrenador del seleccionado cuando oyó la pregunta sobre el incidente ocurrido en el banco de suplentes. Firme con sus declaraciones, el Maestro continuó detallando que “por más que el jugador se enoje, yo no voy a poner a alguien que no está a 100% de sus condiciones”.