Tras un final de temporada convulso, el Barcelona vuelve hoy a la competición contra el Napoli en la vuelta de octavos de final de la Liga de Campeones, aferrándose a la competición continental como su última bala para salvar una difícil campaña.

Perder la liga española a manos del Real Madrid fue un duro golpe para los azulgranas, que se enfrentan al Napoli en un Camp Nou vacío por el coronavirus, tras el 1-1 cosechado en la ida en Italia.

Cuestionado, el técnico cántabro mira a la Champions con optimismo como su oportunidad para afirmarse, tras llegar en enero en sustitución de Ernesto Valverde.

“La realidad es que no se me ha pasado por la cabeza la posibilidad de que este sea mi último partido; estoy tranquilo”, dijo ayer Setién.

“Hemos preparado a conciencia el partido pensando que vamos a continuar y que vamos a poder afrontar el resto hasta la final en Portugal con la misma ilusión y energía que tengo ahora y que tenemos todos”, agregó.

Para ello, el técnico volverá a mirar hacia Leo Messi y sus ganas de alzar la orejona, un trofeo que el Barsa no ha vuelto a ganar desde 2015.

El argentino, con su séptimo título de mejor goleador de LaLiga en el bolsillo, disparó las alarmas en el final del campeonato advirtiendo que al equipo “no le alcanza” para ganar la Champions, aunque posteriormente él mismo calmó las aguas.

“Ya hicimos autocrítica a nivel interno. No hay más que hablar”, dijo, llamando a aprovechar el parón entre el final del campeonato español y la Champions para “limpiar la cabeza”.

Una victoria y el pase a la fase final de la Champions, jugada a modo de torneo a un solo partido a partir de cuartos en Portugal, serviría para impulsar al conjunto azulgrana, que lleva 35 partidos de Champions invicto
en su campo.

“Estamos ilusionados con pasar y jugar la final a ocho en Lisboa”, expresó este viernes el centrocampista Sergio Busquets, que no estará el sábado por sanción.

Messi es la principal esperanza en el ataque local, donde estará probablemente acompañado por Luis Suárez y podría volver Antoine Griezmann, que ha recibido el alta tras recuperarse de sus problemas musculares en la pierna derecha.

Luis Suárez ha vuelto en forma del confinamiento por la pandemia y su operación de rodilla, habiendo marcado cinco goles y dado una asistencia en los últimos once encuentros ligueros.

El astro argentino y el Pistolero uruguayo deberán continuar en su buena línea ante un Napoli que visita Barcelona reticente por los rebrotes del nuevo coronavirus que afectan a la ciudad y a España.

“No entiendo la razón por la cual nos tendríamos que quedar en una ciudad que presenta grandes problemas”, afirmaba hace una semana su presidente, Aurelio de Laurentiis, abogando por jugar en un lugar neutral.

El gobierno regional catalán ha dado garantías sanitarias para este encuentro, al que el Napoli acude con la duda de Lorenzo Insigne tras sufrir una lesión en el aductor derecho el sábado pasado, en el último partido de
liga contra el Lazio.

“Mañana (sábado) tenemos un Everest por escalar”, dijo este jueves en rueda de prensa el técnico del Napoli Gennaro Gattuso, añadiendo que “es un partido que hay que saber jugar bien
técnica y tácticamente”.

Pasar del Barcelona podría aumentar las posibilidades del Napoli de alcanzar su primera Champions, gracias al formato a un solo partido desde cuartos, aunque en la siguiente fase esperará un complicado rival que saldrá de la eliminatoria entre el Bayern de Múnich y el Chelsea.

AFP I Barcelona