Como parte de un divertido reto de Red Bull, los pilotos Sergio Pérez y Max Verstappen participaron en una dinámica donde el perdedor recibía un tortillazo en la cara.
Para empezar, ambos compañeros de escudería debían retener agua en sus bocas para el juego. Luego, con un piedra, papel o tijeras decidían quién daba el tortillazo y quién lo recibía.
El primero en ganar fue Checo, quien le dio un cómico golpe al vigente bicampeón de la Fórmula 1, aunque los dos tuvieron que aguantar la risa por el agua que tenían retenida.
Después fue el turno de Max para ganar el juego de manos y, luego de varios amagos, acomodó el tortillazo en la cara de Checo, quien no pudo con la risa y terminó derramando el agua.
Fue un divertido momento para los pilotos, quienes demuestran que llevan buena relación y se preparan para el Gran Premio de México este fin de semana.
Pedro Román Zozaya I Agencia Reforma