Desde hace pocos días, más concretamente desde el pasado 27 de marzo, hay nuevo rey en la categoría del peso pesado de la UFC. Francis Ngannou destronó al antiguo monarca, Stipe Miocic, y se coronó como nuevo campeón. Tras un combate entre ambos hace ahora dos años del que salió vencedor Miocic, gracias a su planteamiento inteligente basado en las carencias en la lucha de suelo del camerunés, en esta ocasión nada pudo hacer frente a la terrible pegada del nuevo campeón.
A priori, nada de especial, porque es habitual que los campeones se sucedan. Ley de vida, al fin y al cabo. Pero el resultado deja abiertas muchas posibilidades en el contexto actual. Veamos por qué. En primer lugar, Miocic y Ngannou llevan dos combates en los que cada uno ha ganado en una ocasión; esto abre la puerta a una más que interesante (y merecida por parte del luchador de ascendencia croata) trilogía. Un tercer combate que daría opciones a Miocic de recuperar el título. Eso sí, una vez se haya recuperado del brutal KO al que fue sometido; de momento, los médicos le exigen 60 días de descanso.
Por otro lado, está la irrupción de Jon Jones. El antiguo campeón de los semipesados acaba de desembarcar en el peso completo y pide una oportunidad directa para luchar por el título. Todo parecía indicar que la iba a tener; sin embargo, el de Alburquerque exige una cifra desorbitada para llevar a cabo el evento, y ahí es donde se produce el choque con Dana White. Tras unos días de cruces de acusaciones entre el peleador y el mandamás de la UFC, parece que ahora las aguas han vuelto a su cauce y “Bones” afirma que su última reunión fue bastante fructífera. Aunque en las últimas horas también se está dejando querer por la competencia (Bellator).
Y luego tenemos a Derrick Lewis, segundo en el ranking del peso pesado y teórico aspirante al título. Una opción de combate que defiende White por delante de la de Jones, aunque no sabemos si es para presionarlo para que se conforme con una bolsa más modesta. Lewis lleva una racha de 4 combates seguidos venciendo y ya ganó en una ocasión a “Predator” Ngannou. Además, con dos luchadores de semejante pegada y agresividad, el espectáculo estaría asegurado.
Cualquiera de las posibilidades de enfrentamientos, ya sea una revancha para cerrar la trilogía entre Miocic y “Predator”, o el combate de Derrick Lewis y Ngannou, y por supuesto, el del campeón y Jones va a ser una verdadera locura a nivel de seguimiento y de ingresos para la UFC. Evidentemente, el pay-per-view puede ser de récord, pero también la asistencia al propio evento, cuya localización estaría por decidir; aun así, no debemos descartar que, por la magnitud del evento, pueda celebrarse, como ya ha ocurrido otras veces, en Las Vegas, probablemente en algún gran casino, donde se encuentran juegos como que hoy están disponibles online. Evidentemente, lo primero es conocer la fecha y, por supuesto, cuál será la elección final. No parece que el combate con Miocic sea prioritario ahora, y se están centrando los focos más en cualquiera de los otros dos adversarios.
Si hablamos de seguimiento mediático, lo cierto es que “Bones” acapara los titulares. Después de haber barrido en su anterior categoría y de que muchos lo consideren el GOAT (el mejor de todos los tiempos), su salto al peso pesado tiene en vilo a los aficionados. Su estilo es puro “show” y muchos creen que sería capaz de mantener a raya al camerunés con su pensamiento estratégico. Por otra parte, es muy hábil en el manejo de la promoción de los combates: todos tenemos en mente su rivalidad con Daniel Cormier, al más puro estilo de la que mantenían Conor McGregor y Khabib, que se encuentra ya retirado con su flamante récord de 29-0.
La solución a toda esta situación parece haberla dado el propio Ngannou hace pocos días, y resulta bastante salomónica: ¿por qué no pelear con los dos este año? “Predator” no solo está celebrando su nuevo status, sino que además tiene bastante claro que va a hacer varias defensas del cinturón, porque no cree que nadie pueda arrebatárselo por ahora.
