La Máquina perdió la brújula a punto de disputar la liguilla del Clausura 2019.

Cruz Azul mostró muy poco futbol ayer ante Monarcas, antepenúltimo de la clasificación, con quien igualó a uno en el Estadio Azteca.

Los celestes no solo mostraron dudas en la cancha, también preocuparon a los poco más de 17 mil seguidores que se dieron cita en el inmueble.

A días de disputar los cuartos de final, el conjunto cementero fue abucheado por su afición y solo caras largas se vieron tras el cotejo.

Pareció que el cuadro purépecha todavía peleaba alguna recompensa, pues salió con más hambre que Cruz Azul.

Los celestes lucieron sobrados y desconcentrados, con un Igor Lichnovsky lejos de sus mejores coberturas; un Roberto Alvarado que hizo extrañar al Piojo que una semana antes hizo un doblete contra Lobos BUAP, y unos desaparecidos Orbelín Pineda y Yoshimar Yotún, bujías de la Máquina.

Por eso el club michoacano se fue arriba en el marcador apenas al 22’, luego que Edison Flores empujó a primer poste un centro de Irven Ávila, que se sacó con facilidad al chileno Lichnovsky.

Fue hasta el complemento cuando el conjunto cementero reaccionó y si el silbante Roberto García Orozco no revisa una caída de Édgar Méndez en el área, la Máquina no hubiera igualado, al tener un
penalti que convirtió el delantero argentino Milton Caraglio, al 52’.

Esa fue la buena noticia para Cruz Azul, que el argentino volvió a marcar y llegó a 11 en este torneo.

Después los celestes ya no generaron mucho y hasta sufrieron con algunas descolgadas de Monarcas.

La Máquina amplió su racha invicta a 10 partidos y sumó 30 puntos, pero se llevó a casa muchas dudas de cara a la liguilla.

Pedro Caixinha tiene que despertar a Cruz Azul si no quiere un trago amargo tan pronto.

Félix Zapata I Agencia Reforma