Como un recuerdo quedaron los cursos de verano, que primero fueron limitados en el Centro Deportivo Hidalguense de Alto Rendimiento (CDHAR), para dar cabida a los hijos de los burócratas y ahora, por la pandemia, quedaron descarados en instalaciones privadas y oficiales.

Los Cursos de Verano, organizados por el Instituto Hidalguense del Deporte, se convirtieron en una plataforma, por el descubrimiento de niños y jóvenes con cualidades naturales, para promoverlos y proyectarlos al alto rendimiento.

Hace unos años, el 50 por ciento de los atletas

que representaron a Hidalgo en la Olimpiada Nacional surgieron de esta promoción, principalmente en el judo, tiro con arco y natación, que se convirtieron en medallistas, representando a Hidalgo.

Esta labor, coordinada por el Inhide y los presidentes de las asociaciones, apoyados por sus respectivos entrenadores, quienes se convirtieron en los visores que se encargaban de detectar a las nuevas camadas de deportistas.

Sin embargo, por indicaciones oficiales, se dio acceso a hijos de los trabajadores de gobierno, la mayoría entre cuatro y 10 años de edad, dejando al margen a los mayores que llegaban por iniciativa de sus papás, buscando un entretenimiento en el deporte.

Todavía, hace unos dos años hubo alguna coordinación en horarios y los entrenadores atendían a algunos alumnos mayores invitados, entre quienes se rescataron algunos prospectos, que se quedaron a entrenar formalmente.

Pero en este reciente verano desaparecieron los cursos por el cierre obligado de las instalaciones, debido a la pandemia, que afectó notablemente a los niños y jóvenes.

Este comentario se da por la arquera Brenda Merino Escudero, quien orgullosamente recordó su surgimiento de los cursos de verano en el CDHAR, que pudieran ser retomados en el futuro, para detectar y proyectar a nuevas camadas al deporte oficial.

Francisco Lozada