Nabor Castillo Pérez tiene un año y 5 meses como papá; sin embargo, el alto rendimiento en el que ha estado desde hace más de nueve años le complica disfrutar de su familia, pues los viajes lo mantienen alejado de ella por tiempos largos.
“Dejar a mi hijo y a mi esposa, viajar a otro país y estar lejos de ellos siempre es complicado, pero lo que busco es que tenga su mérito: la meta es estar en los Juegos Olímpicos”, señaló.
Sobre su experiencia como padre, el judoca, olímpico en Londres 2012, indicó que es la mejor experiencia que le ha tocado vivir, pero en ocasiones los entrenamientos se interponen entre él y su hijo.
“A veces él quiere jugar y yo descansar, pero es mi inspiración y yo debo ser su ejemplo. Sin duda es, hasta ahorita, lo mejor que tengo”, abundó. Y es precisamente su hijo, nacido el 10 de enero de 2018, quien hace que en cada competencia dé el máximo.
“Prácticamente este año, que tardé en obtener una medalla a nivel internacional -bronce en el Panamericano de Panamá-, ya quería regresar a México y estar con mi familia. Es lo único que pensaba, estar con mi nene y mi esposa, estar relajados, y siempre pienso en ser uno de los mejores ejemplos para él”, expresò.
Continuando con su faceta de papá, Castillo Pérez señaló que, a pesar de que en un primer momento deseaba objetivos para su primogénito, comprendió que es necesario que cada uno tenga un camino por recorrer.
“Yo quería muchas cosas para él, que fuera el mejor músico o el mejor deportista, pero quiero que sea una buena persona y que realice sus sueños y no los míos”, añadió al tiempo de vociferar : “Ser padre es algo magnífico”.
Sobre sus metas como deportista de alto rendimiento, el judoca, quien estará presente en los Juegos Panamericanos de Lima en agosto próximo, indicó que su mayor sueño es obtener una presea en la gran cita deportiva: los Juegos Olímpicos.
“Con la medalla podría morir feliz, es el sueño de todo deportista, es la máxima competencia a nivel mundial y en donde están los mejores del mundo. Ya he estado ahí y le he ganado a los mejores, entonces mi linea es estar en ese evento”.
En caso de que lograrlo, sin duda habría una dedicatoria segura: su familia.
“Una medalla sería totalmente para ellos. Ahorita me cuesta mucho dejarlos y eso es lo que quiero, que este sacrificio tenga su recompensa, que haya resultados y haya medallas, que lo que estoy haciendo tenga un fin”.
El lugar 69 mundial en su categoría indicó que últimamente se ha sentido mejor competitivamente, pues desde la lesión, que lo mantuvo alejado de los tatamis por ocho meses, los resultados se han ido dando progresivamente.
Indicó que, de cara a la justa continental, realizará un campamento en España del 20 de junio al 13 de julio, mientras que el 12 de julio, sostendrá participación en el Grand Prix de Budapest, Hungría.
Luis Carlos León I Pachuca
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