Este jueves, más de 200 alpinistas hicieron cima en el Everest, rompiendo el récord de ascensos en una misma jornada pero también creando un atasco que provocó colas de varias horas en un estrecho paso de la ladera cercano
a la cumbre.
Consecuencia de esa fila, dos alpinistas, la india Anjali Kulkarni, y el estadounidense Donald Lynn Cash, ambos de 55 años de edad, murieron, mientras descendían de la montaña más alta del mundo (8 mil 848 metros).
El organizador de la expedición de Kulkarni, Arun Trek, atribuyó el accidente al excesivo flujo de montañeros, que retrasó su descenso.
“Nuestro equipo hizo todo lo posible por salvarles la vida”, estableció la compañía Pioneer Adventure sobre Lynn Cash, quien vivía en Utah.
“A pesar de sus mejores esfuerzos para brindar la mejor guía, suficientes suministros de oxígeno y apoyo médico, no pudieron salvarles la vida”.
Este viernes se reportaron otras cuatro muertes registradas durante mayo: los indios Kalpana Das, de 52 años; Nihal Bagwan, de 27 años, y Dhurba Bista, de 33 años. Los dos primeros perecieron cuando descendían, el tercero falleció mientras guiaba a sus clientes a la montaña, y un cuarto escalador, un austriaco de 65 años, murió en la ruta tibetana.
El abarrotamiento supone un gran peligro para los alpinistas y sus sherpas, ya que cada minuto es importante cuando uno depende de una botella de oxígeno para sobrevivir y lo puede alcanzar la noche.
Staff I Agencia Reforma