Este miércoles se cumple el séptimo aniversario luctuoso del portero colombiano Miguel Calero, quien murió en 2012 en un hospital de la Ciudad de México.
El sudamericano defendió la playera de los Tuzos del Pachuca durante 11 años (2000-2011) y fue una pieza fundamental en la época dorada del equipo hidalguense, que, durante ese periodo, obtuvo los títulos de la Liga de Invierno 2001, Apertura 2003, Clausura 2006 y Clausura 2007.
En el plano internacional, el colombiano también aportó para que el conjunto ganara cuatro campeonatos de la Concacaf: 2002, 2007, 2008 y 2010, así como el histórico logro en la Copa Sudamericana, la cual, como capitán, levantó en el estadio Nacional de Chile, en 2006.
El Cóndor, como se le conoció en la Bella Airosa, colgó los guantes en el torneo Apertura 2011, en un duelo ante Pumas, con lo que puso fin a 24 años de carrera.
Además de los Tuzos, jugó para el Sporting de Barranquilla, Deportivo Calí y Atlético Nacional, en Colombia.
Calero ingresó al hospital un 25 de noviembre de 2012 a causa de una embolia en el hemisferio derecho, aunque el exportero había dado signos de mejoría, el 3 de diciembre fue declarado con muerte cerebral y al siguiente día ocurrió el desenlace trágico.
Desde la noche de aquel 4 de diciembre, la afición se volcó para despedir a su ídolo, primero en el auditorio Gota de Plata, donde fue velado el cuerpo; al día siguiente, poco más de 10 mil seguidores se dieron cita en el estadio Hidalgo para la misa de cuerpo presente.
Finalmente, en su primer año luctuoso, la directiva develó en el estadio Hidalgo un monumento en honor a Calero, el cual está acompañado con la frase que lo inmortalizó en su retiro: “Si volviera a nacer, me llamaría Miguel Calero, sería portero y defendería los colores del Pachuca”.
Alejandro Velázquez
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