¿Quién dijo que el Mundial se había quedado sin representantes de América?

En la explanada del Palacio de Invierno de San Petersburgo, frente al Museo Hermitage, destacaban las banderas de los equipos mundialistas México, Argentina, Costa Rica, Perú, pero también de Estados Unidos, Venezuela, Cuba y hasta República Dominicana.

Un grupo de nueve amigos procedentes de Miami, y de ocho nacionalidades, arribaron apenas a tierras rusas debido a que querían ver la semifinal y la final por iniciativa del argentino Daniel Molina, quien pensó que su selección comandada por Lionel Messi pelearía por el título; está casado con la mexicana Nina Molina.

“Venimos a darle vida a la final, haciendo presencia. Lo planeamos desde hace año y medio”, dijo Nina, antes de pasarle la pelota al autor intelectual de la idea.

“Era necesario porque yo tenía muchas ilusiones de que Argentina iba a llegar a la final o algún equipo latinoamericano, lamentablemente no se dio, pero en cuatro años vamos a volver”, expresó Daniel.

Para consumar este viaje cada uno invirtió alrededor de 3 mil dólares, un gasto justificado a juicio del representante de República Dominicana, cuya selección está ubicada en la posición 152 del ranking de la Fifa.

Édgar Contreras I Agencia Reforma