Una moneda de cambio menos: el centrocampista brasileño del FC Barcelona Philippe Coutinho, por el que estaba interesado el Paris Saint-Germain y que podría haber sido intercambiado por Neymar, fue cedido ayer oficialmente al Bayern de Múnich. Una operación que alivia las finanzas culés, pero que complica el caso Ney.
Dieciocho meses después de gastar 120 millones de euros (y 40 millones de bonificaciones) para sacar a Coutinho del Liverpool, el fichaje más caro de su historia, el Barsa optó por ceder al brasileño por una temporada en el Bayern para
que recupere su nivel.
La operación fue destapada el viernes por el conjunto blaugrana, quien confirmó ayer que recibiría 8.5 millones de euros por esta cesión, que incluye una opción de compra no obligatoria de 120 millones de euros.
“El internacional brasileño superó su reconocimiento médico el domingo y firmó su contrato”, confirmó el Bayern.
Pese a las dos ligas y la Copa del Rey ganadas durante su tiempo como jugador del Barcelona, Coutinho nunca se adaptó al sagrado estilo de toque de los azulgranas y su marcha de Barcelona supone una decepción: “Coutinho, historia de un gran fracaso”, tituló este lunes en su portada el diario deportivo catalán Sport.
“Para mí, este cambio representa un nuevo desafío en un nuevo país con uno de los mejores equipos de Europa. Como el Bayern, tengo grandes ambiciones”, dijo el brasileño.
En Baviera, Coutinho tendrá la difícil tarea de suceder a los veteranos Arjen Robben y Franck Ribéry, quienes se marcharon al final de la temporada pasada. “Es el tipo de refuerzo que necesitábamos”, opinó el arquero Manuel Neuer, luego de que varios pesos pesados del vestuario muniqués reclamaran contrataciones.
En el Barsa, la salida de Coutinho es un alivio deportivo pero también contable. El brasileño tenía una de las fichas salariales más altas de la plantilla: unos 12 millones de euros netos según la prensa (23 millones de euros brutos), de los que se hará cargo este curso el Bayern, según confirmó el Barcelona.
En tensión por una masa salarial demencial (40 millones de euros netos por año para Lionel Messi) y por los recientes fichajes de Antoine Griezmann (120 millones de euros) y Frenkie De Jong (75 millones de euros y 11 millones en bonificaciones), las cuentas del club catalán se aligeran.
AFP I Barcelona