Los Pumas perdieron el invicto en casa a manos del América, su acérrimo enemigo, que los venció 3-2 para demostrar que no estaban aniquilados.
Las bajas de Pablo Aguilar, por suspensión, y Paolo
Goltz, por lesión, no hicieron menos a las Águilas y se dieron el lujo de pintarles la cara a los auriazules en su propio terreno.
Francisco Palencia, técnico de Pumas, se quedó sin argumentos, pues ahora ni siquiera pudo echar mano de los cambios para darle más variantes a su equipo.
Aunque el primer tiempo empezó con los peores augurios para el América, tras la salida de Miguel Samudio por lesión, con el pasar de los minutos, el cuadro dirigido por Ricardo La Volpe aprovechó sus opciones de gol y las capitalizó.
En contraparte Pumas perdonó, y tal y como le ha sucedido en otros encuentros, dejó ir sus oportunidades para dejar que el rival creciera.
Cuando más apretaban, en una falla de la defensa universitaria, al 32’, Silvio Romero puso adelante al América, poniéndolos a sufrir.
En su búsqueda por retomar el control del partido y cuando ya pensaban más en el descanso de medio tiempo, para hacer los ajustes, llegó Oribe Peralta para clavar el 2-0 al 45’, con el que parecía que podían acabar con los Pumas.
Los pupilos de Juan Francisco Palencia salieron revolucionados para el complemento, en busca de la igualada que llegó de la mano de su goleador, Nicolás Castillo.
El chileno emparejó los cartones con dos buenas definiciones a los 51’ y 66’.
Sólo que, una vez más, no supieron manejar su momento anímico y las Águilas no desaprovecharon algunos huecos que dejaron, y se levantaron con la víctoria tras el gol de Cecilio Dominguez al 81’, con el que materialmente dejaron sin opciones a unos Pumas que ya habían dado el extra.
Los universitarios se quedaron en la séptima posición con 14 puntos que el América es octavo con la misma cantidad de unidades.
El arbitraje estuvo a cargo de Marco Antonio Ortiz, quien tuvo una labor regular, amonestó Jesús Gallardo, Brayan Rabello, así como a los visitantes William da Silva y José Daniel Guerrero.