El técnico mexicano Javier Aguirre hizo un recuento de su carrera en las canchas, donde, asegura, la fortuna lo ha acompañado tanto en su etapa de futbolista como de entrenador.

En una entrevista difundida por LaLiga, el Vasco contó que nunca fue un futbolista brillante ni muy técnico, pero su perseverancia lo llevó a jugar en equipos importantes, como América y Chivas en México, así como en el Osasuna de España, además de la selección mexicana.

“Fui un jugador de medio pelo, no destacaba por nada, quizá tácticamente veía cosas que ayudaban al equipo; no era el más hábil ni más veloz ni más fuerte. Era competitivo y eso hacía que los entrenadores me usaran”, relató.

Aguirre asegura que nunca pensó en ser entrenador, pero cuando Miguel Mejía Barón lo llamó para que lo auxiliara en el Tri en el Mundial 1994 el panorama cambió.

“Así empecé. Yo le decía: ‘Miguel, ¿qué quieres que haga’, y me contestaba: ‘Lo que Dios te dio a entender’ (…) Yo no tenía el título de entrenador y después de esa experiencia Miguel me dijo ‘ponte a estudiar’”.

Ya como técnico valoró la oportunidad que Jesús Martínez le dio en Pachuca, donde llegó a dos finales y ganó un campeonato, situación que lo catapultó a la selección mexicana para el Mundial 2002.

Pese a que tuvo la oportunidad de continuar como técnico del Tri para el proceso 2006, Aguirre escogió nuevamente el camino a Europa.

“Quedé en el lugar en el Mundial y dije: ‘Hay que esperar’. En ese esperar me sale Osasuna y no lo pensé, de dinero ni hablamos, ganaba una décima parte de lo que me ofrecía la selección.

“No lo pensé porque al final era un bonito reto para mí: haber jugado en México, haber jugado en España; haber dirigido en México, ¿por qué no en España?”, cuenta el Vasco.

Después de Osasuna vino Atlético de Madrid y luego volvió al Tri para dirigir su segundo Mundial, en Sudáfrica 2010.

Tras breve paso en las selecciones de Japón y Egipto, además de una experiencia con el Al-Wahda de Emiratos Árabes Unidos, Aguirre está de regreso en España para dirigir al Leganés, modesto equipo con peligro de descender.

“Estando en casa me llama el Leganés, ¿qué haces, dices que no, que quieres otra selección? Pues no, me vine a Leganés y aquí estoy, feliz… sufriendo como un perro, pero feliz”, finalizó.

Staff I Agencia Reforma