En una carrera emocionante y de cambios en el liderato, el holandés Max Verstappen se quedó con el Gran Premio de Austria, la sede del equipo Red Bull que significó un episodio negro para los Mercedes que parecían imbatibles.

El joven holandés ganó la posición en la parte media de la carrera, cuando su equipo eligió una estrategia audaz al aprovechar el abandono de Valtteri Bottas en la vuelta 13 por problemas hidráulicos y llamar a los dos Red Bull a cambiar neumáticos.

Mercedes no lo hizo al tener a Lewis Hamilton en la punta, pero más adelante el británico perdería la posición en la estrategia de pits.

Hamilton peleó en la cuarta posición hasta la vuelta 64, a siete del final, cuando su auto presentó una falla similar a la del otro Mercedes y debió abandonar la carrera.

Los Ferrari de Kimi Raikkonen y de Sebastian Vettel terminaron segundo y tercero respectivamente, con lo que el alemán recuperó el liderato del mundial de pilotos.

Los dos Force India se colaron en el Top 10 con Esteban Ocon en la sexta posición y Sergio Pérez en la séptima, recuperándose de un mal fin de semana en los ensayos y en la calificación del sábado.

El final fue tenso en el equipo indio, ya que Checo, que rodó en la posición sexta en las últimas vueltas, debió devolver la posición a su compañero francés por orden de los ingenieros; después de que, previamente, le habían mandado por delante para que buscara pelearle la sexta posición al Haas de Kevin Magnussen, sin poder conseguirlo hasta la vuelta final.

El tapatío reaccionó molesto, pero obedeció la orden y cedió su lugar.

Aun así, el mexicano cortó una racha de cuatro carreras sin sumar puntos en la temporada, aunque otra vez fue superado por su coequipero, con quien se rumoraba tuvo problemas en la campaña pasada de la Gran Carpa.

Ramón Estrada I Agencia Reforma