La delegación paralímpica cumple objetivos en Tokio.

México arribó a territorio asiático con tres objetivos: sumar un mínimo de 10 medallas, superar las 300 preseas en su historia dentro de este torneo e igualar la cosecha de metales que se hizo en Río 2016… y este último se logró gracias al nadador Diego López.

El veracruzano arribó a la final de los 50 metros libres, clasificación S3, ya con una medalla en la bolsa, pues anteriormente había logrado el bronce; sin embargo, López no se quería ir de Tokio sin intentar pelear nuevamente por esa presea dorada y el esfuerzo valió la pena.

Durante la prueba, Diego López se afianzó en el primer lugar desde el inicio y no lo soltó, y con un estilo de dorso alcanzó el oro al finalizar con un tiempo de 44.66 segundos, mientras que el podio fue completado por el chino Liankang Zou, quien conquistó el la plata, y el ucraniano Denys Ostapchenko, con el bronce.

“Me siento muy contento y feliz de la vida; valió toda la pena lo que pasamos, fue algo bastante duro, pero pudimos superarlo como el gran equipo que somos, lamentablemente no llevamos tantas medallas como quisiéramos, pero vendrá la revancha, en México tenemos jóvenes muy buenos que son un talento nato increíble”, declaró.

Finalmente, advirtió: “Aún no estoy satisfecho, porque me falta una prueba mañana (hoy), pero sí muy agradecido con Dios por el resultado, agradecido con mi entrenador Fernando Gutiérrez Vélez, con el doctor Agustín Aguilar, con el psicólogo Juan Alvarado y con todo el equipo, le doy las gracias a mi familia, amigos y gente de México que me apoya, en especial a la Conade que estuvo pendiente de mí”.

Redacción I Pachuca