Halcón Justiciero, con la lucha en sus venas
 
Hace (58) meses
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halcón Justiciero siempre llevó la lucha en la sangre, pero lo ignoró durante mucho tiempo. Hace 26 años comenzó a practicar el arte de los costalazos por la pasión que despertaba en él, sin imaginar que su padre, el original portador del nombre emplumado, llevaba años dedicándose a  la disciplina.

Hasta que un día se encontraron por pura casualidad en una Arena y todo cambió.

“En una ocasión, en el vestidor nos encontramos, fue cuando me entero que mi padre era luchador. Originalmente debuté con el nombre de Duve, dragón de dos cabezas”, explica el gladiador.

“Fue una emoción muy fuerte, un shock que mi padre me viera en el vestidor”, recuerda.

Su papá lo observó trabajar sobre el cuadrilátero y entendió que el legado sería bien protegido por su hijo. En menos de un mes, el patriarca de la familia justiciera decidió heredar el apelativo a su vástago para volar con rumbo al retiro.

Ahora, el aprendiz de maestros como Planetario, Ringo Tulán, Genio Negro acumula todo tipo de logros dentro del bando independiente, así como viajes por México y Centroamérica.

Pero una de sus mayores conquistas, presume, es poder heredar su pasión por el pancracio a sus hijos. Su hijo lleva el nombre de Ángel Justiciero y su hija aspira a dedicar su vida a la lucha.

“Mi papá dijo que debía entregarme al mil por ciento en cada función, entregar todo al público, respetarlo y hacer valer ese peso, esos dos pesos que gastan en un boleto. Que la gente se vaya contenta. Detenerme a convivir con el público, porque por ello somos lo que somos”, presume.

Rodrigo Yépez I Agencia Reforma

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