Tras el colapso de Christian Eriksen durante la Eurocopa, comenzó a circular por redes sociales la afirmación de que la causa del incidente fue su supuesta vacunación con dosis de Pfizer contra el Covid-19.
Distintos tuits y publicaciones en Facebook han sido compartidos de manera viral en referencia a esta versión, pero es falsa.
Durante el primer partido para Dinamarca en la Eurocopa, Eriksen de 29 años se desplomó en plena cancha en el minuto 43. Inmediatamente sus compañeros de equipo y el personal médico del torneo corrieron hacia él para socorrerlo.
Eriksen tuvo que ser resucitado debido a que sufrió un paro cardiaco. Ahora se encuentra estable, de acuerdo con la cuenta de Twitter del equipo nacional danés.
Giuseppe Marotta, director ejecutivo del Inter de Milán —equipo donde juega Eriksen desde el año pasado—, aseguró a Rai Sport que el futbolista danés no ha tenido COVID-19, ni ha sido vacunado contra el virus. Por lo tanto, su colapso no pudo haber sido un efecto secundario de la enfermedad o de la vacuna.
El médico del equipo italiano, Piero Volpi, explicó aGazzetta dello Sport que las pruebas de salud que se le aplican a los jugadores son muy rigurosas, y hasta ese momento no habían detectado ninguna anomalía en la salud de Christian Eriksen. Agregó también que, tras el incidente, Eriksen será sometido a exámenes en profundidad.
En conclusión, Christian Eriksen no sufrió un paro cardiaco como efecto secundario de la vacuna Pfizer contra el Covid-19. Los tuits que afirman que el episodio de Eriksen está relacionado con el virus o la vacuna, son falsos y desinforman.
Animal Político
También te puede interesar: Eriksen, murió y revivió
Los médicos todavía no tienen explicación al desvanecimiento de Christian Eriksen en el partido entre Dinamarca y Finlandia, dijo ayer el doctor de la selección danesa.
“De momento no tenemos explicación”, afirmó Morten Boesen en rueda de prensa. “Es una de las razones por las que sigue hospitalizado, para entender lo que pasó”, señaló, añadiendo que las pruebas realizadas eran “buenas”.
Poco antes del final de la primera mitad del Dinamarca-Finlandia, sin la intervención de ningún rival, Eriksen se desvaneció “brutalmente” sobre el terreno de juego, con los ojos en blanco.
“Se había ido y le hicimos un masaje cardíaco para reanimarlo”, explicó Boesen.
El partido se interrumpió, mientras que los daneses, algunos de ellos con lágrimas, rodearon al centrocampis-
ta de 29 años para resguardarlo de todas las miradas.