Hasta el técnico Diego Martínez perdió la compostura, eufórico por un gol apenas al 25’, cortesía de Ángel Montoro.

No era para menos. Si bien apenas era el empate del Granada a un gol, con ese tanto de visitante obligaban al Napoli a marcar otras tres anotaciones, en este juego de vuelta de los dieciseisavos de final de la Europa League.

Granada está en octavos, pese a caer 2-1 en el estadio Diego Armando Maradona, ya que global le dio la ventaja 3-2.

Los rostros lo dijeron todo. El del portero Alex Meret, casi mordiéndose los labios, evidenciaba la decepción por el gol de Montoro. El de Gennaro Gattuso era peor, de esos silencios incómodos que dicen mucho, porque en todos los frentes su equipo está quedando sin posibilidades de título.

Y eso que el partido comenzó de la mejor forma. Después de perder 2-0 en la ida, Piotr Zielinski anotó al 3’. El resto del partido se trataba de hacer un trabajo defensivo cada perfecto y buscar un simple gol, pero no ocurrió así.

Un disparo de Lorenzo Insigne al travesaño, tras un tiro libre, y un remate de Elmas desviado por el portero, habían sido las jugadas más peligrosas del Napoli, antes de que Fabián Ruiz los reviviera con su gol al 58’, tras
pase de Insigne.

Gattuso no la pensó dos veces. Sacó a Elmas y metió al belga Dries Mertens, quien recién sale de una lesión. Se trataba de buscar otro tanto que le pusiera más tensión al Granada. Es la primera vez que este club español disputa competencias continentales.

El equipo muestra su bravura, y sigue vivo en el sueño.

El Napoli seguirá con las dudas al trabajo del técnico Gennaro Gattuso, que vaya que ha extrañado a quien hasta ahora era su jugador más desequilibrante: Hirving Lozano.

Staff I Agencia Reforma