¿El mayor problema?
 
Hace (64) meses
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Señoras y señores, se veía venir desde hace tiempo, el futbol mexicano, la federación, los clubes -que son sus socios y afiliados-, la Liga MX y los jugadores, todos están metidos en un abismo, una rueda que da vueltas y no termina de sacudirse todos lo problemas que tiene.

Prácticas monopólicas, corrupción, lavado de dinero, dobles contratos, pacto de caballeros y, a final de cuentas, todo eso ha salido a la luz, en entrevistas de los jugadores y comentarios de los dueños de los clubes, muchos de ellos, en su altísima prepotencia, reaccionan indignados ante situaciones que les suceden a sus equipos mal administrados.

La Cofece (Comisión Federal de Competencia Económica) se ha dado cuenta de que hay problemas económicos serios, severos, y ha abierto una investigación de oficio por la existencia de prácticas monopólicas absolutas entre agentes económicos que probablemente violen la Ley Federal de Competencia Económica.

El pacto de caballeros, como todo mundo lo sabe, es un acuerdo no escrito entre dueños y directivos de equipos para negociar a sus jugadores. Un futbolista no puede negociar con otro equipo aunque su contrato haya terminado y se encuentre libre, sino que tiene que pedir un permiso especial o sufrir represalias del pacto de caballeros; a veces tiene que huir del futbol mexicano, buscando otros destinos y, si no es figura, ¿dónde quedará?

Si un equipo quiere traer a alguien del extranjero, tiene que negociar con el último equipo con el que jugó en México: imagínense la triangulación, y en el draft, que es la culminación de esta joya histórica, los dueños deciden dónde jugarán los futbolistas, sin considerar si ellos lo desean o pueden mover a sus familias.

México es el único país del mundo donde hay un pacto que destroza al futbolista. Eso lo hacen constantemente en el régimen de transferencias.

La Asociación de Futbolistas no puede casi intervenir o lo hace muy poco en lo de los dobles contratos y por eso un organismo como la Cofece se mete a fondo y obliga a la federación y clubes a abrir sus archivos y computadoras, para indagar qué existe de malo en el futbol.

Ojalá todo esto le dé transparencia al futbol mexicano, si sale algo, porque debe salir.

El futbol mexicano no es manejado por monjas de la caridad ni mucho menos, sino por algunas empresas capitalistas muy poderosas y algunos mecenas que dicen tener mucho dinero y se cuelan por prestigio a las empresas del futbol.

Simplemente es una vitrina, un escaparate importante para exhibirse para otro tipo de negocios que les abra la puerta a ganar millones de pesos.

Pocos lo toman con interés real, en una liga seria, profesional, importante, que no cometa errores tan graves
como éstos.

Esperemos.

 

 

 

José Ramón Fernández

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