El hidalguense inmortal
 
Hace (66) meses
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La mañana del pasado 22 de julio la vida del que bien podría ser el mejor deportista hidalguense de la historia cambió radicalmente. Mientras entrenaba en la pista de Del Mar, California, el caballo que montaba el jockey Víctor Espinoza murió de un repentino ataque cardiaco y le provocó una dura caída que terminó con una fractura de la vértebra C3.

Los minutos siguientes fueron de total angustia. Los paramédicos llegaron rápidamente y lo trasladaron al hospital, ellos mismos tuvieron que limpiar la tierra de su rostro, pues el hidalguense no podía mover sus miembros.

Afortunadamente, Espinoza fue recuperando la movilidad en la ambulancia y ahora se encuentra en el largo camino rumbo a la rehabilitación total. Hace un par de semanas dio sus primeras entrevistas tras el percance y rechazó la idea de retirarse, a pesar de que ha ganado todo lo que puede ganarse en su disciplina y lo que menos falta le hace es el dinero. Así son los guerreros. La historia del oriundo de Tulancingo es más que digna de ser contada. Cuando era muy joven se trasladó con su familia a la Ciudad de México y cuidó caballos antes de entrar a la escuela del Hipódromo de las Américas.

Ya en Estados Unidos, se anunció en las grandes ligas del hipismo en 2001, cuando subió al podio en las tres carreras que conforman la Triple Corona: el Derby de Kentucky, Preakness y Belmont Stakes. Un año más tarde ganó el Derby y Preakness, además del primero de tres premios ESPYS al mejor jockey del año.

El momento más glorioso de su carrera llegó en 2015, cuando puso fin a una sequía de 37 años sin que alguien conquistara la Triple Corona. Además, en el proceso se convirtió en el primer latinoamericano que logró la hazaña y fue el jinete más veterano en lograrlo.

Los reconocimientos le han llegado por montones, aunque poco se ha hecho en su estado natal para celebrar su trayectoria. En 2016 ganó el Premio Nacional del Deporte, ceremonia en la que la titular del Instituto Hidalguense del Deporte, Fátima Baños, curiosamente se tomó fotos con muchos atletas, pero no con el de Hidalgo.

En 2017 fue inmortalizado en el Salón de la Fama del Hipismo estadunidense y, finalmente, recibió algo de reconocimiento en su tierra, pues el Premio al Mérito Deportivo llevó su nombre.
Para quien escribe, Espinoza es el mejor deportista hidalguense de la historia. Vienen a la mente pocos que hayan sido tan dominantes en su disciplina y tan destacados en el máximo nivel por tanto tiempo. Han pasado tres años desde que ganó la Triple Corona y, a sus 46 años, sigue siendo de los mejores jockeys en la Unión Americana. Su hazaña del 2015 pudo llegar un año antes, pues ganó cinco de seis carreras de la corona en ese periodo; una doble coronación habría sido un hito de otro mundo.

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