Ayer les conté de un equipo grande que cada torneo es mediocre. (Este calificativo no lo digo yo, lo dicen los números, los resultados, los juegos, su futbol, si espectáculo, sus expectativas y las asistencias a su estadio).

Hoy el tema a un equipo que ya es popular, pero que una temporada es bueno, la otra es mediocre y su futuro es más oscuro que una noche en un rancho cuando los del pueblo ya están dormidos.

A los pésimos números, poco o nulo futbol y cero cantidad de jugadores de gran calidad, se le suma otro problema, éste un tanto extra cancha.

Les cuento que los directivos del cuadro universitario montaron en cólera por la campaña orquestada en redes sociales para pedir la salida de Rodrigo Ares de Parga, pues lo responsabilizan por el mal paso del equipo.

Les cuento que a primera hora de la mañana, varios líderes de las diferentes porras recibieron algunas llamadas para tratar de investigar quiénes fueron los autores de dicha campaña que, incluso, ya llevaron hasta las instancias de Change.org.

Algunas voces como susurro “pidieron de favor” que se controle a los grupos para que no vaya a haber desmanes en el partido del próximo domingo cuando Pumas reciba a Xolos, porque se está pidiendo que durante el himno se escuche fuerte el: “¡Fuera Ares de Parga!”, que incluso ya se convirtió en hashtag.

Muchos de los que fueron llamados “al orden” no tienen ni idea de dónde salió todo el alboroto, porque incluso algunas páginas que se dedican a hablar del equipo se han desmarcado y otras de plano se sumaron al borlote.

Yo lo que pienso es que “La voz del pueblo es la voz de Dios”, y a veces no hace falta que alguien te empuje a gritar un sentimiento que poco a poco se ha ido apoderando de la afición auriazul.

Bueno, con decirles que en Toluca no había más de 300 personas en las tribunas del Nemesio Diez viendo al equipo femenil de la UNAM y se escuchó el: “¡Fuera Ares de Parga!”.

PD: La afición puma lo quiere fuera, pero de adentro lo defienden.

¿GONZÁLEZ EN VENTA?
Si ayer les escribí de Chivas, hoy sigue siendo de Pumas.

Faltan cuatro jornadas para que finalice el torneo y en Pumas ya mueven piezas para la siguiente campaña, seguramente viendo el fracaso que se les viene encima y que los cuestionamientos van a estar a la orden del día.

Tómelo con las reservas del caso, pero me contó mi Judas Puma que ya hay pláticas informales entre algunos interesados porque por lo bajo ya se corrió la voz de que el goleador del equipo, Carlos González, está a la venta.

El presidente del equipo, Rodrigo Ares de Parga, va a deshacerse de uno de los mejores jugadores de la plantilla, de lo más rescatable de su gestión, de los pocos que todavía tienen gran cartel para sacarle buen jugo.
El goleador paraguayo ha sido de los más rentable que contrató y, junto con Nicolás Castillo, lo único que se puede salvar de todo lo que ha traído al cuadro felino.

El dinero que deje la venta de González servirá para comprar un par de refuerzos para la siguiente campaña, porque aparentemente ya tienen detectado donde están fallando.

Me parece que es querer calmar la enfermedad con una aspirina, la salida fácil es sacarle dinero a una de las mejores inversiones para comprar dos de mediana calidad, esto seguramente en el extranjero, donde ya saben que uno encuentra de a peso y de a dos pesos.

Rodrigo ha traído a una veintena de refuerzos que sólo han dado pena y le han sacado el dinero al club. Algo anda mal con el famoso departamento de “Inteligencia Deportiva” que no ata ni desata con sus sugerencias.

No es posible que sus visores no puedan captar gente talentosa y con mentalidad para debutar en Primera División y que vayan a Sudamérica en busca de futbolistas que supuestamente son la última limonada en el desierto, pero que nada más viene a pasear.

San Cadilla