La suspensión de funciones de lucha libre por el coronavirus ha sido muy ruda con el réferi Rafael González, El Maya.

La autoridad del pancracio, con 75 años de edad y casi 40 impartiendo justicia, ha perdido una fuente de ingresos, la única que tenía, pues debido a problemas de la vista abandonó la labor que desempeñaba como conductor de un taxi.

“Tengo un problema que se llama retinopatía diabética y, según me decía la oftalmóloga, va avanzando muy rápido, entonces me prohibieron manejar”, explicó el juez, quien aún puede desempeñarse sobre los cuadriláteros.

“Ahorita ya estamos agarrando todo lo de la venta del taxi en los gastos de las ampolletas que me ponen en los ojos cada mes, que valen 3 mil pesos cada una”, relató el exmiembro del Consejo Mundial de Lucha Libre.

Pese a ello trata de mantener el buen ánimo. Para conseguirlo, González se ocupa: una de sus actividades se centra en relatar anécdotas sobre el pancracio a través de un canal de YouTube.

El Maya considera que aún no es tiempo de bajarse del ring, pues teme que la falta de acción pueda afectarle, ponerlo contra la lona. “En mi caso, soy el que me ando queriendo retirar desde hace, fácil, 10 años. Dije: nomás llego a los 65 y le paro. Intenté eso y me pongo más malo. Es como el que se jubila, que ya no hace nada y rápido se quiebra”, aseguró.

Rodrigo Yépez I Agencia Reforma