El golfista estadunidense Tiger Woods se declaró ayer culpable en un tribunal de Palm Beach, Florida, de conducir de manera imprudente y aceptó ingresar a un programa de rehabilitación para evitar una condena por adicciones.

Woods, de 41 años, se presentó a una audiencia frente a un juez para aceptar el acuerdo de culpabilidad, luego que el pasado 29 de mayo fue arrestado por conducir su automóvil de lujo bajo los efectos del analgésico Vicodin, y el antidepresivo Xanax, así como marihuana.

Gracias al acuerdo, la fiscalía hizo a un lado el cargo conducir bajo el influjo de sustancias tóxicas y el juez le advirtió que no se metiera más en problemas o de lo contrario su libertad condicional podría ser revocada.

Como parte del acuerdo, a Woods no se impuso pena de cárcel, pero si el golfista viola su libertad condicional con alguna otra falta similar, podría ir a la cárcel por tres meses.

El golfista deberá cumplir un año de probatoria y pagará 250 dólares de gastos de corte. El golfista ya cumplió algunos requerimientos como 50 horas de servicio comunitario en la Fundación Tiger Woods.

Esta fue la primera vez que Woods se vio en problemas desde el fin de semana de Acción de Gracias de 2009, cuando chocó su automóvil cerca de su casa en Florida.

Situación que reveló que tenía múltiples relaciones extramaritales, lo que provocó el divorcio de su esposa, Elin Nordegren, la madre de sus dos hijos. En ese entonces pasó 45 días en una clínica de Mississippi donde fue tratado por una adicción.