Toda esa fiereza con la que David Patiño salía en las ruedas de prensa a aferrarse a sus poco productivas ideas, después de alguna de sus múltiples derrotas o de sus empatitos (con sabor a derrota, como aquel 3-3 con el Ame del torneo pasado), no le duró hasta el final de su era como entrenador de los Pumas, pues el martes luego de ser despedido, el ahora desempleado técnico se retiró de la Cantera sin hacerla de tos e incluso me cuentan que desde el sábado en los túneles del Estadio Hidalgo ya era todo un caballero repartiendo sonrisitas a los periodistas que antes increpaba (incluso cuando ganaba), como si ya supiera desde aquella noche que se le había acabado el veinte y que sus sueños de ser campeón de la Liga MX se quedarían justo en eso pese a que lo aguantaron quizá más de lo que merecía por su rácana y timorata forma de plantear los juegos.
Pero hay más…

Víctimas colaterales
Pues bien, como cada vez que le dan gas a un técnico, es difícil que se vaya solo, en Pumas no fue la excepción y el lunes los auxiliares de David Patiño también tuvieron que recoger sus tiliches y salir para no volver (por ahora).
“No te lamentes” dijo uno de los achichincles de Patiño a un familiar por teléfono segundos después de darle la noticia del “ahí te ves” que les tocó recibir por parte de la directiva de Pumas.
En consonancia con su valedor, los auxiliares también se fueron de la Cantera con una calma que lucía más como la resignación con la que Jack se ahogó después de que el Titanic se fue a pique. El primero en poner pies en polvorosa fue Christian Ramírez, quien incluso entró y salió en par de ocasiones del lugar; después, escoltando a Patiño salió Raúl Alpízar, como abriéndole paso al cortejo fúnebre que fue Pumas este inicio de semana.

Ahhhh, pero aún falta. Síganle.

¿Con ‘V’ de ‘vuelta’?
Aunque se quedaron sin chamba, David Patiño, Christian Ramírez y Raúl Alpízar salieron por última vez de la Cantera a bordo de los bólidos nuevos que Suzuki les dio el semestre pasado y aunque no me gustaría ver que tal cosa suceda, me acordé que había una pequeña regla cuando les dieron las naves y era que podrían gozar de ellas “Mientras estén en Pumas”, así lo dijo “recio y quedito” el patrocinador, por lo que, a menos de que los hayan convertido en parte del pago de liquidación, los señores Patiño, Ramírez y Alpízar tendrían que devolver los carros, como si les hiciera falta más dolor en sus vidas…

Muchos verdes
Más vale que el León tenga en un cochinito bien guardado el dinero con el que van a construir su nuevo estadio, porque luego de que me enteré de lo que va a ganar Joel Campbell se me hace que apenitas les va a alcanzar…
Ya sé que hay jugadores que ganan una mega lana en nuestra sacrosanta Liga MX, pero muchos la desquitan, como mi compadre André-Pierre Gignac, la cosa aquí es que no estoy muy seguro si el DELANTERO costarricense que ha llegado con el nada envidiable antecedente de haber anotado CERO goles en su anterior club, el Frosinone de la Serie A, valga lo que se va a meter a la bolsa cada quincena. Y es que una de las condiciones que puso Campbell para hacernos el favor de venir a la Liga MX, fue que León le respetara el salario que estaba robando, perdón, ganando en Italia… Ahí les va: el angelito nada más y nada menos que se embolsaba 900 mil euros, más o menos 1 millón de dólares por temporada.
Traducido a nuestro dialecto, eso significa que el muchachón al que le pagaban por meter goles y no metió ninguno le depositaban 814 mil 680 pesos a la quincena ¿Qué tal?
Me contaron que fue tal la desesperación de la directiva esmeralda por contratar a un delantero que sacara del bache al equipo después de la partida de Mauro Boselli, que no sólo le aumentaron al millón de dolarucos que pedía el tico, sino que además le agregaron otro poco si es que cumple ciertos objetivos.
Así ¿quién no va a querer venir a la  Liga MX?

San Cadilla