La lucha libre hidalguense está esta noche de fiesta, con la celebración del 71 aniversario de la arena Afición, cuya inauguración se concretó la noche del 31 de enero de 1952.
Sin embargo, el sueño de edificar la catedral del pancracio en la entidad se comenzó a gestar desde 1950, en un proyecto de los empresarios hidalguenses Francisco José Flores Lecona y Benjamín Mora Orta.
La lucha libre llegó a Hidalgo en 1920, cuando sus primeras sedes fueron la antigua Plaza de Textiles, a espaldas de la Villita, y, posteriormente, en la cancha Hidalgo, donde actualmente está el kínder Amado Nervo.
Después, se creó la primera arena Afición –ubicada detrás del cine Iracheta, en Abasolo–, espacio que, con el crecimiento de la popularidad del arte del gotch, fue insuficiente para albergar a los seguidores de este deporte, desde 1938 a 1952.
Por ello, Francisco Flores y Benjamín Mora adquirieron una enorme vecindad en la calle Cuauhtémoc, donde en casi dos años se edificó la arena Afición, siendo el recinto de provincia más importante, solo por detrás de la México y la Coliseo, de Ciudad de México.
Ni la lluvia que cayó el día de su inauguración impidió que los pachuqueños fueran testigos de su primera función, en la que formaron parte Cavernario Galindo, quien se enfrentó con el japonés Sugi Sito; en la segunda lucha, Raúl Torres contra El Verdugo, así como también el pleito de Oso Negro frente a Ciclón Veloz, originario de Tulancingo.
Con el paso del tiempo y de la mano del también hidalguense El Santo, la arena Afición comenzó a cobrar relevancia a nivel nacional, no solo por albergar funciones de lucha libre, sino por fungir como centro de espectáculos, con la Caravana Corona, en la que también se presentaron artistas de la talla de Vicente Fernández, Juan Gabriel, La India María, Viruta y Capulina, entre otros.
En lo deportivo, además de todas las figuras de antaño y de la actualidad del pancracio nacional, hubo talento local, que le dio prestigio a la arena Afición, tal es el caso de Troglodita Flores, quien fue el primer campeón del estado; Enrique Camarena, Chato García, Boby Ramírez, Negro Granados, El Tiburón, Lalo Montenegro, León Reyes, Ave Negra, Braulio Flores, Alma Negra, el Zorrillo Tacamba, El Espacial, Pantera Negra, entre muchos representantes de la época dorada de la catedral hidalguense.
Después aparecieron otras figuras, como El Intruso, Ranflex, Intruso Jr., El Exótico, La Plaga, Piloto Suicida, Blue Prince, Colmillo Blanco, Chamaco Robles, The Medic´s, por mencionar algunos.
En la década pasada, también de sus filas se formaron elementos que posteriormente trascendieron fronteras, como Draztick Boy –hoy conocido como El Mago–, Cíclope y Miedo Extremo.
Asimismo, en su momento surgieron figuras femeniles, como La Briosa, La Venus, Lupita Solis, Jocelyn Armenta y Mística Bengala.
Con la misma importancia, la arena Afición también ha contado con réferis destacados y legendarios, como Germán Rico, Miguel Camarena, Raff García, El Cangrejo, El Escarabajo y El Búho, el último de esta gran camada.
En cuanto a la locución, la catedral hidalguense tuvo como voz oficial la de Manuel Witvrun Castellanos, quien por cuatro décadas fue el anunciador; así como también destacó Juan Zarco Rivas en la misma labor, quien falleciera el año pasado, mientras que en la actualidad su hija Estrella Zarco Hernández mantiene vivo su legado en el micrófono.
Asimismo, hubo personajes peculiares que resaltaron por mucho tiempo en la catedral hidalguense, tal es el caso de Cimbrón, que era un exboxeador que no dejaba pasar ni al aire a los vestidores; el Pollo y Freddy, en la dulcería, así como al peluquero Cipriano Luna, quien cortó las melenas de un sinfín de estetas.
La arena Afición, como todo, ha tenido sus altas y sus bajas, pues ha vivido sus 71 años de forma interrumpida, pues en dos ocasiones ha tenido que cerrar sus puertas: la primera, a principios de los 90, cuando llegó Triple A y sus funciones televisadas, así como recientemente en la pandemia de Covid-19.
Alejandro Velázquez I Pachuca
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