Cuatro meses después del último partido de la Liga de Campeones, hoy se celebra el sorteo de la inédita Final 8, con la que la UEFA prevé decidir en agosto su primera competición de clubes, aunque el organismo teme que la pandemia de
coronavirus arruine sus planes.

El último partido hasta ahora de la Champions fue el 11 de marzo, con el 2-0 del PSG al Borussia Dortmund, en un Parque de los Príncipes ya sin público y que permitió a los franceses clasificarse para los cuartos de final por primera vez en cuatro años.

Esa misma noche, el vigente campeón Liverpool quedó sin posibilidad de revalidar su corona tras ser eliminado por el Atlético de Madrid ante 52 mil hinchas en Anfield, una multitud que posteriormente los científicos consideraron un acelerador de la pandemia en el Reino Unido.

En pocos días, el futbol quedó suspendido en toda Europa y solo a mediados de junio la UEFA fue capaz de anunciar el formato final para su torneo faro y principal fuente de entradas: antes de la pandemia, se estimaba que los ingresos brutos de sus competiciones esta temporada ascenderían a 3 mil 250 millones de euros.

El plan es celebrar en Lisboa una inédita Final 8 con los ocho equipos clasificados para los cuartos de final, que comenzaría el 12 de agosto. La final está prevista en el Estadio da Luz, de la capital lusa el 23 de ese mes.

Los cuartos de final y las semifinales se repartirían entre el estadio del Benfica y el del Sporting, el José Alvarade.

El templo del Benfica ya albergó la final de la Liga de Campeones en 2014, cuando el Real Madrid derrotó a su vecino Atlético ante 65 mil espectadores, pero ahora los partidos se disputarán a puerta cerrada, salvo cambio de última hora, según anunció la UEFA este jueves, debido a que la llegada de aficiones de diversos puntos de Europa podría provocar una nueva propagación de Covid-19.

De hecho, la gran preocupación ahora de la UEFA es la situación sanitaria en la capital portuguesa.

La pasada semana, el gobierno luso decretó el confinamiento de 19 barrios de la periferia norte de Lisboa, muy cerca de los dos estadios elegidos para albergar los partidos.

Una medida que afecta a unas 700 mil personas y que se mantendrá al menos durante quince días.

AFP I París