El PSG, a tres partidos de una primera corona europea, inicia hoy, en Lisboa, su Final 8 contra Atalanta, con ganas de festejar con victoria su 50 aniversario, pese a varias ausencias sensibles.
Tras la maldición de octavos, ¿se sobrepondrá el PSG a la falta de ritmo y sus lesiones? De Marco Verratti, baja, hasta Kylian Mbappé, quien espera estar en el banquillo, pasando por el técnico, Thomas Tuchel, que estará en el banquillo con muletas.
Clasificarse sin sus mejores armas, cinco meses después del sube y baja emocional contra el Borussia Dortmund y del parón de las competiciones por el coronavirus es el gran desafío que espera a Neymar y sus compañeros en el Estadio de la Luz, 50 años después de la creación oficial del PSG el 12 de agosto de 1970.
En una eliminatoria a un partido único sin margen de error “un poco como en un Mundial”, el brasileño estará por fin presente en una gran cita para intentar aupar a los más alto de Europa al PSG. Para contener la intensa presión de los italianos sin Verratti, el técnico alemán Thomas Tuchel considera alinear un sólido tridente en torno al defensa Marquinhos.
Y es que la Atalanta de Gian Piero Gasperini se ha impuesto como una de las “máquinas de goles” más temidas del continente, con 98 tantos en la liga italiana, donde acabó tercera.
Pero, como el PSG, la Atalanta no contará con dos de sus pesos pesados: el arquero Pierluigi Gollini y, sobre todo, el delantero Josip Ilicic, autor de 20 goles esta temporada, incluido un memorable ‘póker’ en la vuelta de octavos de final en Valencia.
Sin su jugador más talentoso, el club italiano tiene otras bazas para intentar sorprender a uno de los favoritos del torneo.
Del capitán Papu Gómez al potente delantero Duván Zapata, sin olvidar a Ruslan Malinovskyi, Mario Pasalic y Luis Muriel, todos sueñan con brillar ante el mundo entero para rendir homenaje a las 17 mil víctimas del
Covid-19 en Lombardía.
Caer en la apertura de la Final a 8 el día de su aniversario o iniciar una formidable aventura de dos semanas: el PSG tiene una cita con su historia a la que no puede faltar.
AFP I Lisboa
