Después de soportar el agobio del rival, la selección de México se rehízo en la segunda mitad para vencer ayer
2-0 a su similar de Japón, en partido amistoso jugado en el estadio UPC Arena, de Graz, Austria.

Luego de un discreto control azteca en el comienzo, los japoneses establecieron el dominio en la media- cancha con la movilidad y el toque de pelota Wataru Endo y Genki Haraguchi.

Sometido por el dinamismo nipón, el Tri se salvó del gol al menos cuatro veces antes del minuto 20 gracias a las atajadas de su portero, Guillermo Ochoa.

Al 12’, Memo voló para desviar un disparo de media distancia de Haraguchi que buscaba el ángulo superior derecho. Apenas dos minutos después, Ochoa se lució con una doble atajada, en disparos consecutivos de Musashi Suzuki y Junya Ito.

Al 16’, el guardameta mexicano volvió a tapar un remate en un mano a mano con Suzuki.

Después de soportar esas amenazas en su cuadro bajo, México sufrió otro tipo de agobio: la rápida recuperación de pelota de Japón y el inmediato desdoble ofensivo.

Fue hasta el minuto 55 cuando México tuvo su primer avance claro en el partido: fue un contragolpe por derecha conducido por Rodolfo Pizarro y extendido por el Chucky, que mandó un pase retrasado para que Luis Romo sacara un disparo frontal que fue desviado por Maya Yoshida con la cabeza.

Al 63’, el Tri tejió una jugada cerca del área por el costado izquierdo y con paciencia horadó la zaga japonesa. Orbelín Pineda habilitó con el talón a Jiménez quien se coló hasta el área chica, donde definió el 1-0 con un toque a segundo palo.

Cinco minutos después, ya con un balón color naranja para mejorar la visibilidad, Henry Martín dio un pase vertical para que Lozano entrara al área y firmara el 2-0 definitivo, ante la salida del portero Daniel Schmidt.

AFP I Graz