Chica Diamante fue una de las primeras luchadoras que tuvo presencia en la entidad.
La experimentada gladiadora, quien recibió hace unas semanas un homenaje, se mostró satisfecha por los logros alcanzados durante más de dos décadas.
Incluso, mencionó que tuvo una prueba de fuego en el comienzo de su carrera, ya que fue invitada a una función que llevó a cabo la empresa Triple A en Mineral de la Reforma.
“Vinieron a la 11 de Julio; iba iniciando cuando se me dio la oportunidad”, expresó la luchadora.
Comentó que su amor por este deporte se dio por la constante presencia que tuvo en su niñez en la Arena Afición; posteriormente, fue instruida por el también legendario gladiador Monarca Azul.
Chica Diamante realizó su debut en una función en la Nuevo Hidalgo, donde conquistó a los colonos; pisó todas las arenas de la capital hidalguense, hasta mostrar su talento en gran parte de la entidad, llegó a presentaciones en Guerrero, Estado de México y Ciudad de México.
Durante su carrera, recordó que tiene solo una máscara en sus vitrinas: la de Gatúbela, con quien desarrolló una fuerte rivalidad en la que, para su fortuna, salió con el puño en alto.
Ella fue la inspiración en su familia y sus primas Kenia la Salvaje, La Mística y Guerrera de las Sombras siguieron sus pasos en este deporte.
Tras una larga carrera, el adiós definitivo se dio hace poco tiempo: “Me retiré hace como tres años; andaba un poco mal de la columna”.
Actualmente, su legado continúa vivo a través de su sobrina Princesa Vikinga, quien debutó profesionalmente hace unos meses y, en poco tiempo, pisó la catedral hidalguense.
“Está empezando, le está echando muchas ganas; primero Dios, tiene que llegar muy alto porque veo que le está poniendo empeño”, remató.
Alejandro Velázquez I Pachuca
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