El Real Madrid recibe hoy al Barcelona en el cierre de la jornada 29 de LaLiga, en un clásico que puede suponer medio campeonato para el líder merengue.
El equipo blanco encabeza la clasificación, con 10 puntos de ventaja sobre el Sevilla, segundo clasificado, y 15 sobre Barsa y Atlético de Madrid, tercero y cuarto, respectivamente.
Tras cuatro victorias consecutivas en el campeonato, un nuevo triunfo ante los azulgranas supondría un gran paso para amarrar la corona liguera a falta de nueve jornadas.
El Real Madrid cuenta además con las últimas estadísticas a favor tras haberse impuesto en cuatro de los últimos cinco clásicos disputados; además, llega al encuentro animado por su clasificación para cuartos de final de la Champions tras remontar ante PSG.
“Queremos que haya felicidad en la grada al final del partido. Compromiso, calidad… Es un partido que exige mucho normalmente. El equipo está bastante bien. Hemos trabajado bien y tenemos confianza para mañana”, afirmó el técnico italiano, Carlo Ancelotti, este sábado.
La alegría por la victoria en la capital balear se vio empañada por la factura dejada en forma de la baja del lateral francés Ferland Mendy, que sufrió una lesión en el abductor de la pierna izquierda.
También será baja el delantero francés Karim Benzema, que se tuvo que retirar en los últimos minutos del encuentro con molestias en el gemelo izquierdo y que no se ha recuperado para el clásico, según Ancelotti.
Por su parte, el Barsa llega animado, además, tras lograr meterse en los cuartos de final de Europa League, donde es el único superviviente español, al ganar el jueves 2-1 en el campo del Galatasaray.
“Hoy es un punto de inflexión para el proyecto, para el grupo y para seguir creciendo”, dijo el técnico del Barsa, Xavi Hernández, que ha logrado transformar la ilusión de fichaje en resultados.
El equipo azulgrana ha pasado de estar noveno en la Liga fuera de puestos europeos cuando se anunció la llegada de Xavi al banquillo azulgrana en noviembre a la tercera posición, aunque alcanzar al líder merengue se
antoja complicado.
AFP I Madrid
