El joven gladiador Roco Vann Jr tiene bien definidos sus objetivos: llegar al Consejo Mundial de Lucha Libre y consagrar su carrera en este deporte.
Sin embargo, el hijo del Dios Mongol sabe que para llegar a la cima no tendrá un camino fácil, pues primero necesita trabajar en el estado y, posteriormente, mostrar su talento en otras arenas de la república.
“Mi meta a largo plazo es llegar a la arena México. Por qué no, debutar ahí y consagrar mi carrera. Sé que primero tengo que demostrar mi trabajo, foguearme, no sólo llegar aquí, sino trabajar en otras arenas”, comentó.
Dijo que su modelo a seguir es el ídolo nacional Último Guerrero, elemento que admira desde niño, aunque también mencionó que papá Roco Vann ha influido en su estilo rudo.
“Obviamente mi señor padre es uno de mis ídolos, pero el Último Guerrero siempre ha sido mi imagen a seguir y creo que voy por buen camino”.
En la arena Afición, a la que llegó en marzo, el luchador ha alternado bandos; es decir, lucha como rudo o técnico, hecho que no le molesta: “Me ha funcionado ambas formas. Un luchador debe estar preparado para ser rudo o técnico, nunca deberá estar estacando, siempre hay que estar preparado”.
Sin embargo, puntualizó: “Mi lado natural siempre ha sido rudo, a pesar de salir como técnico, luego lo rudo me gana; creo que es mi terreno más cómodo”.
En ese sentido, destacó que presentarse en la catedral de la lucha libre hidalguense es un gran paso para conseguir sus objetivos; “siempre ha sido un sueño, para todo luchador de Pachuca, pisar esta arena, Tuve la oportunidad, me preparé, es toda una satisfacción”.
Finalmente comentó que, en ocho años como luchador profesional, el momento más satisfactorio es ganar la cabellera de Rebeldía, en una función que se desarrolló a cuatro caídas en el Gym del Valle; mientras, uno de los más complicados, compartió, fue haber enfrentado a su padre Roco Vann en un triangular de máscaras, en el mismo imnasio, aunque para su fortuna los dos familiares salieron victoriosos.
Alejandro Velázquez I Pachuca
