El gusto por la lucha libre lo llevó a convertirse en gladiador profesional.
Thanoz no viene de familia luchística, pero sí de una que es aficionada al pancracio, por lo que desde niño se enamoró del deporte de los costalazos hasta tomar la decisión de ponerse a entrenar para hacer realidad su sueño de subirse al ring.

Con dedicación y mucho profesionalismo el enmascarado tomó el camino con seriedad, lo que lo ha llevado a ser una de las grandes revelaciones de la lucha
libre independiente.

“Desde muy pequeño se me inculcó en casa el amor a este deporte y aunque llevo poco entrenando, aproximadamente nueve meses, ha sido una entrega total, de todos los días estar metido en el gimnasio, entrenando hasta dos veces por día.

“No soy de familia luchística, pero sí de una familia muy aficionada. Soy el único que se decidió a practicar este deporte y aquí estoy, echándole muchas ganas para llegar a lo más alto”, comentó Thanoz.
Consciente de que para triunfar es muy importante estar bien preparado, maneja las dos escuelas, tanto la ruda como la técnica, listo para afrontar cualquier clase  de reto.

Y es que este joven luchador no se achica ante nada ni ante nadie. Al contrario, tiene los objetivos claros y en su mente está no sólo en brillar en México, sino trascender más allá de las fronteras.

“Soy una persona entregada, muy dedicada. Siempre trato de innovar, de buscar nuevos castigos y nuevas llaves para encontrar la manera de brindarle al público un buen espectáculo. Me gusta practicar al ras de lona, que es la base de la  lucha libre.

“Quiero llegar lo más que se pueda porque para eso se trabaja, para eso se entrena. Mi sueño es llegar a Japón, donde creo que en la actualidad está la mejor lucha libre del mundo”, finalizó.

Jorge Marrón I Agencia Reforma